Una propuesta basada en la dualidad neomediterránea y contemporánea que se traslada desde el menú hacia la atmósfera del restaurante, cuyo diseño de interiores bebe de la artesanía, de la vegetación y de materiales que aportan calidez al espacio, desde una nueva perspectiva.
Cañizo en las cubiertas, mimbre en los utensilios, lino en los textiles y madera en los muebles son algunas de las señas de identidad de este restaurante, que cobra vida sobre el lienzo blanco de las paredes y sobre los fogones de la cocina.
El nuevo diseño arquitectónico del Restaurante Mora ha eliminado la antigua cubierta para abrir la vista al Castillo de Guadalest. La entrada transmite la sensación de hogar, de espacio de acogida y despedida, que da acceso al patio, elemento tradicional de las viviendas mediterráneas. Ese patio interior se ha concebido y diseñado como lugar de encuentro, al aire libre, al pie de la Sierra de Aitana, a modo de enlace entre la zona de acceso y el restaurante propiamente dicho.
La naturalidad y la diversidad de espacios definen visualmente tanto el patio como la zona interior, en un ejercicio de equilibrio que transmite serenidad, luz y calidez artesanal y que, junto con las vistas al Castillo de Guadalest, sirven de marco incomparable para la gastronomía de fusión del restaurante.
Cada uno de los muebles del restaurante se han diseñado a medida de las necesidades de este espacio gastronómico, con piezas de obra en un blanco impoluto, que evocan las tradicionales bancadas mediterráneas de cal blanca y que se complementan con muebles creados a partir de mimbre, ratán y madera.
La Mamba junto con El Atelier han creado, asimismo, un mueble específico para el servicio de postres, un espacio enclavado en el centro del restaurante a la vista de los comensales y que, además, ofrece opciones diversas de almacenaje.
La vegetación encargada de vestir los espacios interiores, encontramos: Strelitzias, Kentias, y otras especies. Cada uno de estas especies quedan enclavadas en una posición fija dentro del mobiliario diseñado a medida, guiando así al comensal desde su entrada hasta el interior del restaurante.
Todos los elementos incluidos en este diseño de interiores se enmarcan en una paleta cromática serena, austera, fresca, luminosa y cálida, que pasa del blanco a los colores tierras y al verde que traslada al interior la naturaleza circundante.
Para más información visiten: Restaurante Mora, La Mamba
Vía: Infurma
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