Se revistió todo el lugar con una parábola de madera, dando un impacto muy grande cuando se ingresa por la escalera desde planta baja al local. Se eligió la madera como un material predominante para lograr la calidez deseada. Pocas mesas, luz tenue y una barra que ocupa de punta a punta todo el resto, hacen que se sienta como en casa.
En el ingreso un cartel de neón anuncia si el local esta abierto, para los curiosos que pasean por la planta baja y un pequeño almacén muestra algunos de los ingredientes que se utilizan en la cocina de planta alta. La estética es sencilla, sin mucho ornamento. Los materiales son los que hablan por si solos, como así también la barra y cocina que toman mucho protagonismo.
Fue un gran desafío el diseñar simultáneamente dos locales que promuevan la comida saludable pero desde distintos ángulos, uno “Oh My Bowl” destinado a las personas que cuentan con poco tiempo y necesitan una solución rápida pero no por eso menos saludable y otro “Siamo” trabaja mas la estadía de las personas, la experiencia pensada desde pasar un buen rato en el lugar y sentirse cómodo como en casa.
Para más información visiten: Estudio Montevideo, Pablo Dellatorre
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