“El restaurante original se extendía desde el pequeño comedor y el bar de la planta baja hasta un gran salón, comedor y cocina en un entresuelo sin una conexión visual”, explican los arquitectos. Unificar y destacar los dos niveles, manteniendo claro el acceso desde el hotel y la calle, resultaba prioritario para resolver los problemas funcionales.
Desde un punto de vista estético, la intervención apostó desde un primer momento por un completo cambio de imagen. Para ello, los arquitectos transformaron el antiguo y oscuro club nocturno en una taquería brillante y cálida en la planta baja, con un acogedor espacio de comedor y salón en la entreplanta.
Un homenaje a la arquitectura mexicana
La situación de la cocina en el entresuelo hizo necesario la creación de una barra con zona de asientos en la planta baja. En ella, los invitados pueden degustar Ceviche, Guacamole y otros productos fríos, acompañados de un cocktail, sin tener que subir las escaleras. Con un diseño que evoca la arquitectura de adobe mexicana, este nivel se llena de colores que evocan el desierto y las aguas del Pacífico.
El ladrillo rústico que reviste las paredes convive con el hormigón, las encimeras de zinc, las cerchas de madera y los taburetes con almohadones decorativos. El gran mural personalizado pintado por el artista de la Ciudad de México, Neuzz, inspirado en las cualidades chamánicas de la marca Curadero, es el gran protagonista de la planta baja.
Multifuncional, el entresuelo acoge dos espacios totalmente distintos, destinados a la fiesta y los negocios. Nada más subir las escaleras, otro mural de Neuzz recibe al visitante y lo dirige al bar lounge conocido como Arriba Room. Un espacio festivo, con múltiples opciones de asientos, un pequeño bar de tequila y una zona de juegos.
Unas sólidas puertas correderas de madera y estilo colonial esconden el comedor privado. Más sobrio y elegante, este espacio se decora con sofás tapizados, celosías de terracota y mesas de madera. Junto a él se sitúa una zona flexible, que puede ser utilizada igualmente como comedor y resulta perfecta para eventos corporativos.
Materiales naturales y texturas rústicas
“El diseño de Curadero refleja la naturaleza de la gastronomía y la cultura vibrante y auténtica de México”, señalan desde STUDIO UNLTD. Para ello, y con la mirada puesta en el ambiente costero mexicano, todo el interior se llena de geometrías puras y artesanía de la zona. Los materiales naturales, como la madera, el ratán y el cuero, y las texturas rústicas, como el ladrillo, los azulejos y el hormigón, combinan tranquilidad con un característico espíritu urbano.
Materiales naturales y texturas rústicas
“El diseño de Curadero refleja la naturaleza de la gastronomía y la cultura vibrante y auténtica de México”, señalan desde STUDIO UNLTD. Para ello, y con la mirada puesta en el ambiente costero mexicano, todo el interior se llena de geometrías puras y artesanía de la zona. Los materiales naturales, como la madera, el ratán y el cuero, y las texturas rústicas, como el ladrillo, los azulejos y el hormigón, combinan tranquilidad con un característico espíritu urbano.
Para más información visiten: STUDIO UNLTD
Vía: diarioDESIGN
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