lunes, 13 de noviembre de 2017

Nueva vida para un piso con una distribución moderna

Reorganizar, actualizar e iluminar. Estos son los tres principios que nos ayudarán a intervenir en nuestra casa para conseguir un espacio cómodo, a nuestro propio gusto. En un barrio castizo como el madrileño Chamberí, las ventajas nos las da la tradición: viviendas de buen tamaño, techos altos, suelos con encanto, y con suerte, balcón. El estudio de arquitectura idearch nos muestra con este maravilloso proyecto como aprovechar las virtudes de nuestro apartamento, y solucionar el mayor problema de la vivienda en España: la distribución desactualizada. El sol de la capital hace el resto.
Apertura vs hermetismo
La intervención propone refrescar la distribución y empezar de cero. Sólo así se consigue dar forma a un espacio completamente personalizado, asegurando el máximo confort. El proyecto organiza el interior con dos lenguajes: un espacio principal diáfano y una segunda parte del programa con carácter más privado, y materialidad más hermética. Con lógica y precisión se articulan las estancias en un sistema de paneles, puertas, armarios y otros compartimentos que permiten hacer un uso optimizado del interior, sin renunciar a espacios abiertos y circulación fluida.
Diáfano y coherente
El espacio principal comprende la parte más social del programa, siendo cocina, comedor, salón… todo en un mismo recinto y bajo la misma luz. La cocina se incorpora al espacio de forma discreta y elegante, con un perímetro de armarios que esconden encimera, cajones y utensilios. Una isla de superficie blanca contiene la vitrocerámica y grifería. El espacio se configura a ritmo de blancos y madera, con la intención de crear un escenario neutro que se incluya, silencioso, en el resto de la estancia principal.
Entre copas y novelas
La mesa de comedor se sitúa entra la cocina y el salón, como amortiguador de programa. La transición de un uso a otro se hace más suave a través del comedor, con un set de mobiliario que se acercan tanto a un lado como a otro mediante notas de madera y pinceladas de color. El blanco de las paredes y el techo envuelve todo el espacio dando coherencia al conjunto. La baldosa hidráulica del suelo nos recuerda a la antigua distribución, sugiriendo la zonificación del programa, sin interponer barreras físicas.
Luz y desnudez
El resto del espacio es fresco, luminoso y holgado. El suelo liga con microcemento distintos tipos de mosaico de baldosa hidráulica en un collage retro enmarcado en la envolvente blanca. El mobiliario intercala piezas de diseño con plantas de interior, que suman color y movimiento al espacio. Los amplios ventanales de suelo a techo inundan la estancia de luz y hacen que la escena urbana participe en la escena interior. La estancia reduce su expresión al mínimo, eliminando falsos techos, revestimientos y molduras, y mostrando sin miedo el trazado de las instalaciones, que queda incluido en el interiorismo con aire desenfadado e industrial.
Elegante y templado

El baño se aloja en la parte posterior de la casa, dentro de la nueva distribución, tras un panelado de madera y puerta corredera de vidrio armado. El interior, un espacio blanco y nítido, se cubre con pavimento de resina en color oscuro, en un sofisticado juego de contrastes. También se busca el antónimo en el alicatado de suelo a techo, blanco en su mayoría, y negro en el interior de la ducha. Los elementos de madera suavizan el buscado dramatismo de color. Las transparencias, reflejos y luz indirecta de la estancia crean un interior de ambiente relajado y sofisticado.

Para más información visiten: idearch Studio
Vía: habitissimo







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