Tasca. Es una taberna o bar pequeño. Lo reconoce por su amplia y larga barra, sus taburetes altos y toldo a rayas. Mediamanga, en Barcelona, parte de esta tradición y se reinventa.
Mediamanga representa las ganas de seguir con la tradición del bar de esquina de toda la vida. Y lo ratifica con un nuevo y sofisticado interiorismo, firmado por Cristina Carulla Studio. Que muestra su intención de sobrevivir, estrenar un nuevo futuro y reinventarse.
Y lo hace con un interiorismo más sofisticado, a la par que divertido, cómplice y con guiños nostálgicos.
Paredes estucadas, columnas alicatadas con baldosas blancas y arcos de mármol se van repitiendo a lo largo del espacio. Todos ellos son, por su parte, elementos habituales presentes en la tradición mediterránea. Es decir, en las típicas masías catalanas.
La barra principal, por su parte, de triple media caña va revestida en mármol y acero. Materiales que compiten dignamente en elegancia.
Las mesas altas, herederas de la más pura tradición de tapear de pie, se reeditan también en Mediamanga. Aquí se revisten en piedra y alicatado.
Cocina a la vista en blanco y acero
La zona de cocina y preparación de platos está bañada en blanco y acero, como cualquier cocina doméstica. Queda desnuda ante una sala muy cálida; ésta está revestida en madera de cedro, suelos de mármol Guatemala y taburetes de cuero.
La estética de todo el local, entre sofisticada y mundana, permite una encimera de cocina a la vista que convive sin problemas con una lámpara de Gae Aulenti. Hacen del Mediamanga un restaurante que se va saboreando y descubriendo con calma, poco a poco.
“Parten de lo tradicional y miran con gafas modernas“, señala un conocido crítico gastronómico sobre la oferta de su cocina. En materia de interiorismo, también; esta misma sentencia funciona, y lo clava.
Para más información visiten: Cristina Carulla Studio, Mediamanga
Vía: diarioDESIGN
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