Cuando comenzamos con la tarea de elegir materiales para la reforma de nuestro baño o cocina damos mil vueltas para asegurarnos de conseguir el mejor azulejo pero, una vez logrado ¿qué pasa con la lechada?
Ésta es una de esas preguntas que no nos hacemos hasta que el alicatador nos pregunta de qué color la queremos.
La primera vez nos quedamos con cara de póker y, un minuto después de poner el cerebro a centrifugar buscando la mejor idea, lo único que decimos es que sea del tono más parecido al azulejo. En su defecto de color blanco. Y nos marchamos de la obra sin saber si hemos acertado con el color; después del trabajo que nos hemos dado visitando tiendas hasta dar con el azulejo más bonito del mercado.
Pues amigos, tenemos buenas noticias: es posible optar por otro color. El contraste entre ambos materiales es posible y puede jugar un papel muy importante en la decoración de nuestro espacio, pudiendo ser el gran protagonista, el elemento clave que hará de nuestro baño o cocina un lugar con mucho diseño.
Veamos las opciones que nos ofrece la lechada.
Lechada blanca
Ésta es la más habitual en todas las casas desde que el azulejo está en el mundo. Queda igual de bien en compañía de un azulejo blanco que de uno de color. Con el que logra más contraste y elegancia es con el negro.
Lechada del mismo color del azulejo
Lechada negra y azulejo blanco
Del mismo modo que ocurre con el azulejo oscuro en conjunto con la lechada blanca, esta combinación es la que más contraste crea. Sin embargo, al predominar el blanco, el efecto conseguido es de mayor claridad, quedando muy marcado el despiece de los azulejos.
Lechada gris
Si queremos contraste, pero menos marcado, cualquier tono de gris conseguirá ese efecto. Es válido tanto para azulejos blancos como para los de color.
Lechada de color
Aquí entra en juego la lechada más llamativa y original de las que hemos visto hasta ahora. Hasta hace poco utilizar una lechada por ejemplo naranja con un azulejo blanco no entraba en los esquemas de nadie. Lo habitual era utilizar ese juego de color pero a la inversa. Sin embargo, poco a poco la lechada de color se va haciendo hueco en los interiores, quedando especialmente llamativo con azulejos de formas geométricas o en aquellos que están colocados en diagonal.
Azulejos con canto pintado
Y para los que prefieren ir un paso más allá, existen azulejos con el canto pintado de color. Con modelos que tienen un lado más alto que otro, de tal manera que al colocarlos en la pared pueda verse el color. De esta forma parece que el color viene de la lechada con la diferencia de obtener una pared con relieve.
Y por supuesto no olviden que existen los azulejos rectificados en los que la junta apenas es perceptible y que por lo tanto no se presta para jugar con ella. La gracia de esta junta es precisamente su prácticamente nula visibilidad.
Lechada blanca
Ésta es la más habitual en todas las casas desde que el azulejo está en el mundo. Queda igual de bien en compañía de un azulejo blanco que de uno de color. Con el que logra más contraste y elegancia es con el negro.
Lechada del mismo color del azulejo
Optando por el mismo color del azulejo obtenemos homogeneidad. La lechada pasa a un segundo plano, llegando incluso a pasar desapercibida. El objetivo por lo tanto es minimizar su presencia para darle más protagonismo a la plaqueta.
Cuando el azulejo presenta varios colores o un aspecto de aguas con varias tonalidades, tendremos que optar por uno de ellos, consiguiendo el mismo efecto que en los azulejos monocromos.
Cuando el azulejo presenta varios colores o un aspecto de aguas con varias tonalidades, tendremos que optar por uno de ellos, consiguiendo el mismo efecto que en los azulejos monocromos.
Lechada negra y azulejo blanco
Del mismo modo que ocurre con el azulejo oscuro en conjunto con la lechada blanca, esta combinación es la que más contraste crea. Sin embargo, al predominar el blanco, el efecto conseguido es de mayor claridad, quedando muy marcado el despiece de los azulejos.
Lechada gris
Si queremos contraste, pero menos marcado, cualquier tono de gris conseguirá ese efecto. Es válido tanto para azulejos blancos como para los de color.
Lechada de color
Aquí entra en juego la lechada más llamativa y original de las que hemos visto hasta ahora. Hasta hace poco utilizar una lechada por ejemplo naranja con un azulejo blanco no entraba en los esquemas de nadie. Lo habitual era utilizar ese juego de color pero a la inversa. Sin embargo, poco a poco la lechada de color se va haciendo hueco en los interiores, quedando especialmente llamativo con azulejos de formas geométricas o en aquellos que están colocados en diagonal.
Azulejos con canto pintado
Y para los que prefieren ir un paso más allá, existen azulejos con el canto pintado de color. Con modelos que tienen un lado más alto que otro, de tal manera que al colocarlos en la pared pueda verse el color. De esta forma parece que el color viene de la lechada con la diferencia de obtener una pared con relieve.
Y por supuesto no olviden que existen los azulejos rectificados en los que la junta apenas es perceptible y que por lo tanto no se presta para jugar con ella. La gracia de esta junta es precisamente su prácticamente nula visibilidad.
Vía: Decofilia
No hay comentarios:
Publicar un comentario