Esta maravillosa cocina, ubicada en un piso señorial en Tarragona, tiene el inconfundible sello de Deulonder, el estudio de interiorismo especializado en la realización de cocinas y planchadores dirigido desde 1980 por Chone de la Sotilla y Lluïsa Deulonder. Podemos apreciarlo en las tonalidades cálidas que tiñen el mobiliario, los tiradores tipo americano tan usados por la firma y a la incorporación de cajones en mimbre, algo que es también muy característico.
El espacio sin ventanas, hizo que se decidiera vincular la cocina con el comedor mediante unas puertas correderas acristaladas con estructura en DM pintado en blanco. De esta forma los espacios se comunican visualmente, se permite que entre la luz natural y, al mismo tiempo, se pueden independizar las estancias de una forma muy sencilla cuando es necesario.
Respondiendo a esa necesidad de multiplicar la luz, Chone de la Sotilla, responsable de este proyecto, selecciona elementos en tonos claros: el mobiliario se compone de unas puertas con doble cuarterón de color gris beige muy cálido, en contraste con el blanco de las encimeras en Corian que logran un plano homogéneo sin juntas que incorpora los dos fregaderos. Los tiradores, por su parte, son en acero acabado brillo.
Además, también se mima mucho la iluminación artificial: se incorporan lámparas suspendidas, diversas luminarias empotradas en el techo y hasta un par de apliques en el mobiliario.
Otra de las premisas del cliente era que la cocina contara con una zona de comedor con capacidad para seis personas. El office se diseña con dos banquetas enfrentadas que se tapizan con textiles a cuadros. En este rincón la pared se reviste con un plafón de madera pintado en blanco, que ofrece un aire clásico y coqueto a la composición. Por otra parte, la mesa volada permite un cómodo acceso. Un espacio tan acogedor que invita a la familia a realizar aquí sus comidas diarias.
La distribución del espacio, viene marcada por una columna por donde pasan las instalaciones. De ahí nace la península que alberga la zona de fuegos y de preparación, además de una barra con dos taburetes altos para los desayunos más informales. El área de cocción se compone de tres módulos de 40 cm cada uno de Gaggenau: uno de plancha, el de fuegos y otro de wok. Mientras que la campana empotrada al techo es de Gutmann.
Una demanda específica de los propietarios era contar con una olla a vapor (Gaggenau), pues cocinan de forma muy saludable. El equipo de Deulonder la incorporó en la superficie, junto a la columna que alberga el horno (Wolf) y la vinoteca (Liebherr). Para ganar sensación de amplitud muchos módulos de cocina son abiertos o tienen la puerta en cristal. Asimismo, se cuida al detalle todos los accesorios exteriores mediante barras donde colgar trapos, especias, plantas aromáticas…
Al fondo de la cocina, pasado el frigorífico americano, se diseña una completa área de despensa dedicada también a los productos de limpieza que sean necesarios. Y al fondo, a mano derecha, encontramos el área de lavado (con lavadora, secadora y caldera), además de planchado.
Todo lujo de detalles en una cocina digna de Deulonder, quienes disfrutan haciendo cocinas para que sus clientes disfruten cocinando en ellas.
Para más información visiten: Deulonder
Vía: moove magazine
No hay comentarios:
Publicar un comentario