El estudio parisino Festen Architecture transformó una antigua imprenta, ubicada en París, en un espectacular apartamento familiar lleno de vida. En sus blancos y luminosos interiores se han fusionado conceptos como pasado y presente, teniendo como pilar la reconstrucción en clave contemporánea del espacio industrial. Renovación que no ha implicado la renuncia al atractivo proporcionado por antiguos elementos arquitectónicos que forman parte del diseño de la nueva vivienda.
En este ambiente de espacios suaves, elegantes y sutilmente industriales, la cocina de acero inoxidable abierta se ha convertido en un elemento clave. Charlotte de Tonnac y Hugo Sauzay eligieron uno de los programas de Abimis, una empresa italiana dedicada al diseño y la fabricación de cocinas profesionales en este material. El inoxidable aporta un aire industrial pero sofisticado al espacio, con una estética sobria que encaja a la perfección bajo el techo de vigas metálicas, junto a los amplios ventanales con cuarterones y sobre la intensa calidez del pavimento de madera.
De esta manera, el efecto es un hogar donde la vida se mezcla con una dimensión más relacionada con el trabajo y los elementos específicos de ambas facetas, generando una agradable armonía. Explican desde Abimis que la cocina “refleja de hecho este deseo de mezclar dos polos antagónicos: la funcionalidad, que es común en la restauración profesional, se asocia con una distribución en bloques que acomodan las necesidades de un usuario privado. El acero, que identifica todos los productos hechos a medida por Abimis, confiere a esta solución una dimensión escultórica junto con una sofisticada uniformidad”.
Festen Architecture ha hecho hincapié en la filosofía de la doble función gracias al modelo Ego: una mezcla de elegancia, innovación y diseño ergonómico, con una silueta limpia gracias a las puertas achaflanadas y biseladas, totalmente integradas en la estructura, y al tipo de bisagras de última generación patentadas por Abimis.
La cocina la forman tres volúmenes que se integran en la zona de estar sin generar ninguna discontinuidad. El primero de ellos es una gran isla, donde se encuentra la zona de cocción (placa de inducción y horno), espacio de almacenamiento y una cómoda encimera que funciona como superficie de trabajo pero donde también se puede disfrutar de una copa junto a las visitas. Un segundo bloque, bajo la ventana, aloja el fregadero. Y, por último, un armario, dispuesto en la pared opuesta, hace de despensa y completa el diseño de la cocina. Para ofrecer una total continuidad, la mesa del comedor también adquiere un carisma industrial y de trabajo con el sobre en acero inoxidable.
Para más información visiten: Festen Architecture
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