Volvemos al mundo de los locales con la decoración de escaparates y esta vez lo hacemos con una de las formas más creativas, impactantes y potentes de decorar vitrinas. Se trata de las escenografías. Escaparates teatrales en los que dejamos volar la imaginación y contamos historias a los viandantes a través de los ventanales de las tiendas. Da igual que éstos sean grandes o pequeños, que el comercio cuente con uno o varios ventanales. El escaparatismo a base de escenografías logra atraer la atención de la gente y consigue captar su interés para entrar en el interior.
Que un escaparate refleje una imagen u otra dependerá de la escenificación que diseñemos y de la cantidad de elementos visuales que incorporemos. Por un lado los maniquíes (en diferentes posturas y expresiones, de distintos acabados y tamaños), por otro los múltiples accesorios que los acompañen y que ayuden a contar la historia en cuestión, facilitando una rápida comprensión por parte del espectador (de otra manera es muy probable que ni si quiera se detuviese a contemplarlo) y por supuesto la iluminación, ese recurso que resuelve tantos casos, enfatiza el diseño, crea juegos de luces y sombras y ensalza cualquier decoración de escaparates por sencilla que sea.
Para lograr una decoración de escaparates teatral con cierto impacto no es necesario hacer un gran desembolso; siempre se pueden crear diseños con pocos elementos pero bien escogidos, que tengan por ejemplo un color llamativo, que los objetos estén estratégicamente colocados y que se salgan de lo habitual (ya sean maniquíes de espaldas, tumbados, con un barco por sombrero, creando diálogos entre ellos o bañando paredes, suelos y objetos de un solo color, etc). Recuerde que la fórmula de “menos es más” siempre da buenos resultados, así que cuando no podamos permitirnos tirar la casa por la ventana podemos optar por pocos objetos, pero bien diseñados y colocados.
Y si por el contrario estamos de suerte y podemos hacer una buena escenografía cargada de símbolos, entonces las posibilidades se disparan. Solamente hay que ser consecuentes y no incorporar objetos sin ton ni son. Una vez pensada la historia que queremos transmitir para potenciar las ventas de los productos, comenzaremos a decorar teniendo en cuenta si nuestros objetos irán colgados del techo o no (y por lo tanto cómo lo haremos), si tendrán una escala mayor (habrá que pensar en los materiales y en su construcción), si serán objetos desgastados o vintage (cuántos necesitaremos y dónde los conseguiremos), si los maniquíes tendrán posturas diferentes (tener claro cómo se relacionarán con el resto de objetos una vez se haga la instalación de la escenografía) ,etc. Un montón de factores que no se pueden pasar por alto y que requieren de tiempo para pensar, elaborar e instalar. Solo así conseguiremos un buen diseño y venderemos mejor los productos.
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