Continuamos la semana adentrándonos en el maravilloso mundo del diseño de tiendas de ropa, que tan buenas ideas para decorar nos dejan siempre, tratando un tema que hasta ahora no habíamos visto en este tipo de locales: los probadores.
Y es que, como bien saben, ningún rincón debe quedarse fuera del proyecto de decoración: todo elemento y espacio ha de ser tratado como si fuese el más visto por los clientes por recóndito que sea. Sólo así conseguiremos un diseño homogéneo que acabará repercutiendo en la buena imagen del establecimiento y por tanto en sus ventas.
Siguiendo la línea del resto de la tienda, los probadores deberán tener elementos o detalles que recuerden al resto del local, ya sea por los colores, materiales o iluminación general. Aunque también podrán tener un diseño que destaque y les conviertan en el foco de atención, principalmente si están justo en medio de la tienda o en una zona muy visible.
Generalmente solemos encontrarnos probadores tradicionales, situados en un espacio apartado de la zona de venta, y éstos suelen tener una distribución similar: pasillo alargado con vestuarios a ambos lados. Actualmente, es frecuente verlos con líneas puras, múltiples espejos, moqueta e iluminación cuidada (tanto para decorar como para que el cliente se vea bien) si se trata de una tienda de lujo o bien con ladrillo visto y mobiliario desgastado si la tienda sigue los tan de moda estilos vintage o industrial.
Pero al margen del estilo, también hay otros aspectos a decidir que influirán en la imagen final de nuestros probadores. Por ejemplo, si éstos tendrán puertas o cortinas, si estarán separados entre sí por un paño rígido (un tabique de obra o un simple separador de melamina) o si utilizarán la propia cortina para envolver el espacio… En cualquier caso habrá que tener en cuenta dónde colocar los espejos (si será sólo uno o habrá varios y si serán giratorios para poder verse mejor) y las perchas (si hay varias será más cómodo para el cliente y además podremos convertirlas en un elemento de diseño). También ayuda el hecho de que haya una silla o banqueta, tanto dentro como fuera de los probadores (en la zona común de todos ellos), no sólo porque resulte cómodo sino porque actúa como un elemento más de la decoración global.
Una vez visto todos estos requisitos, podemos optar por crear un interiorismo más convencional o bien darle una vuelta de tuerca al diseño y diseñar probadores más originales (siempre y cuando la línea general de la tienda lo permita). Por ejemplo, creando cabinas exentas que pueden estar en una zona específica de la tienda, que tengan una forma llamativa y singular o que se distingan una de otra con ayuda de las telas (de diferentes colores y estampados) o bien plantarlas en mitad de la tienda junto a los expositores de ropa para que sean parte activa de la decoración. El resultado será más innovador y habremos conseguido una forma distinta para alejarnos de lo habitual.
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