Para muchos una casa con buhardilla es un sueño de infancia; para otros tener que mudarse a una de ellas resulta casi una pesadilla por las complicaciones añadidas que conlleva vivir bajo un tejado a dos aguas. Lo cierto es que la decoración de viviendas abuhardilladas es todo un reto, pero también nos ofrece un encanto que difícilmente nos aporta un apartamento al uso. Hoy descubriremos como podemos adaptarlas con éxito, tanto a un dormitorio como a una cocina, a una sala de estar o incluso un cuarto de baño.
El dormitorio
Adaptar una buhardilla a un espacio de dormitorio ofrece dos posibles opciones de distribución, teniendo siempre en cuenta las alturas de nuestro tejado. Si las condiciones son muy limitadas lo mejor es ubicar la cama en dirección paralela al tejado y a ser posible centrada en la habitación. Si disponemos de algo más de altura, podemos situarla en dirección al alero y crear un cabecero de obra que nos distancie un poco de la pared y enmarque la habitación.
Conviene elegir sistemas de almacenaje horizontales y bajos que podamos integrar en bancos corridos que, combinados con unos estantes y un burro, conformarán un vestidor perfecto.
La cocina
Quizá la cocina sea el espacio menos adaptable a una buhardilla puesto que permanecemos en ella de pie mucho más tiempo que en otras estancias. El lado positivo es que si nos vemos en esta situación, tenemos la salida de humos y olores directa mediante los ventanales o claraboyas del tejado, evitando así parte del acondicionamiento de instalaciones. En las viviendas abuhardilladas, las cocinas suelen disponerse en dos pequeños frentes debido a la limitación de espacio funcional, o bien con una distribución en L. Cuanto más inclinado sea el plano del tejado, más nos convendrá ubicar junto a él los sistemas de almacenaje de la cocina, dejando el espacio central para la zona de cocción y reservando la zona intermedia para un conjunto ligero de mesa de comedor.
El Salón
Las viviendas abuhardilladas ofrecen un ambiente de recogimiento, determinado por su arquitectura, que las convierte en espacios llenos de calidez. Tenemos distintas opciones a la hora de crear un espacio de salón en un ático o buhardilla. Una de ellas es distribuir en torno a una mesa de centro; podemos servirnos de sofás sin brazos y modulares de respaldo bajo para aligerar el espacio y adaptarlo según nuestras necesidades. Otra de ellas, y que además aportará un halo de sofisticación, es la distribución de salones tipo Loft. Funciona muy bien en la decoración de salones pequeños ya que crea un espacio abierto al mismo tiempo que recogido.
El cuarto de baño
La clave es adaptar las funcionalidades básicas del cuarto de baño a la zona estructural más acorde a su uso. Por ejemplo, si queremos darnos un baño, lo ideal es ubicar la bañera, ya sea exenta o integrada, bajo los ventanales a la altura más próxima al alero del tejado, ya que apenas necesitamos espacio durante el baño al permanecer sumergidos en el agua. Aquí también podemos ubicar un pequeño banco de apoyo para colocar con gracia las toallas y los productos de baño. Del mismo modo, destinaremos el espacio de ducha a la zona de mayor altura; en este caso, sí necesitamos permanecer de pie y movernos cómodamente. En las zonas intermedias podemos situar la zona de lavabo y el almacenaje general del baño.
Como pueden ver, las viviendas abuhardilladas tienen un encanto irreemplazable que nos proporciona un hogar singular y perfectamente acorde a todas nuestras necesidades.
El dormitorio
Adaptar una buhardilla a un espacio de dormitorio ofrece dos posibles opciones de distribución, teniendo siempre en cuenta las alturas de nuestro tejado. Si las condiciones son muy limitadas lo mejor es ubicar la cama en dirección paralela al tejado y a ser posible centrada en la habitación. Si disponemos de algo más de altura, podemos situarla en dirección al alero y crear un cabecero de obra que nos distancie un poco de la pared y enmarque la habitación.
Conviene elegir sistemas de almacenaje horizontales y bajos que podamos integrar en bancos corridos que, combinados con unos estantes y un burro, conformarán un vestidor perfecto.
La cocina
Quizá la cocina sea el espacio menos adaptable a una buhardilla puesto que permanecemos en ella de pie mucho más tiempo que en otras estancias. El lado positivo es que si nos vemos en esta situación, tenemos la salida de humos y olores directa mediante los ventanales o claraboyas del tejado, evitando así parte del acondicionamiento de instalaciones. En las viviendas abuhardilladas, las cocinas suelen disponerse en dos pequeños frentes debido a la limitación de espacio funcional, o bien con una distribución en L. Cuanto más inclinado sea el plano del tejado, más nos convendrá ubicar junto a él los sistemas de almacenaje de la cocina, dejando el espacio central para la zona de cocción y reservando la zona intermedia para un conjunto ligero de mesa de comedor.
El Salón
Las viviendas abuhardilladas ofrecen un ambiente de recogimiento, determinado por su arquitectura, que las convierte en espacios llenos de calidez. Tenemos distintas opciones a la hora de crear un espacio de salón en un ático o buhardilla. Una de ellas es distribuir en torno a una mesa de centro; podemos servirnos de sofás sin brazos y modulares de respaldo bajo para aligerar el espacio y adaptarlo según nuestras necesidades. Otra de ellas, y que además aportará un halo de sofisticación, es la distribución de salones tipo Loft. Funciona muy bien en la decoración de salones pequeños ya que crea un espacio abierto al mismo tiempo que recogido.
El cuarto de baño
La clave es adaptar las funcionalidades básicas del cuarto de baño a la zona estructural más acorde a su uso. Por ejemplo, si queremos darnos un baño, lo ideal es ubicar la bañera, ya sea exenta o integrada, bajo los ventanales a la altura más próxima al alero del tejado, ya que apenas necesitamos espacio durante el baño al permanecer sumergidos en el agua. Aquí también podemos ubicar un pequeño banco de apoyo para colocar con gracia las toallas y los productos de baño. Del mismo modo, destinaremos el espacio de ducha a la zona de mayor altura; en este caso, sí necesitamos permanecer de pie y movernos cómodamente. En las zonas intermedias podemos situar la zona de lavabo y el almacenaje general del baño.
Como pueden ver, las viviendas abuhardilladas tienen un encanto irreemplazable que nos proporciona un hogar singular y perfectamente acorde a todas nuestras necesidades.
Vía: Decofilia
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