Volvemos a nuestra sección de iconos del diseño del siglo XX con una de las piezas más universales e intemporales de la exclusiva lista de los clásicos modernos: El Sofa Florence Knoll, diseñado en 1954 por laarquitecta y diseñadora americana Florence Knoll.
Florence Knoll diseñó en aquél año esté sofá en tres versiones: con 1, 2 ó 3 cuerpos, lo que permite vestir cualquier zona de estar combinándolos entre sí (un sofá y dos sillones, un tres plazas con uno de dos, etc.) Su sencillez y su armonía representan fielmente su estilo y sus patas de metal supusieron una innovación para la época, rompiendo con el sofá clásico de patas de madera.
Y es que si algo caracteriza a Florence Knoll es su fidelidad al principio del “diseño total”, por el que integraba en él todos los aspectos que lo abarcaban, desde la arquitectura y el diseño hasta la fabricación, desde la funcionalidad a los tejidos, desde la publicidad a la presentación.
El sofa Florence Knoll está compuesto por un bastidor interno de madera maciza y un marco externo en metal con patas de acero tubular en cromo pulido. El tapizado del respaldo y los asientos se encuentra totalmente cosido y ribeteado tanto los brazos como los almohadones de los asientos están construidos con espuma de densidad variable. Éstos últimos además cuentan con una suspensión “no hundible”, lo que le hace resistente en el tiempo.
Quizás sea por sus líneas rectas, puras y básicas; quizás por sus perfectas proporciones, o quizás por el empleo del capitoné en asiento y respaldo que le da un cierto aire sofisticado, lo cierto es que este sofá es tan apto para decorar entornos formales como informales, y tan adecuado para decorar los salones de mediados de siglo como los cualquier vivienda, local o área de espera de hoteles u oficinas de hoy en día.
Actualmente se encuentran versiones muy variadas de este diseño, tanto en piel como en tela, en diferentes acabados y colores.
Para más información visiten: Knoll
Vía: Decofilia
No hay comentarios:
Publicar un comentario