En cuestiones de helados, Asia y Europa no hablan el mismo idioma. Diferentes sabores adaptados a distintos paladares… pero también texturas y formas. Ya nos dejamos sorprender en Barcelona por Eyescream, pero para que los viajeros se preparen hoy traemos la especial heladería Shugaa, en la capital de Tailandia.
La inspiración partió, en palabras de los diseñadores, “de la pasta de azúcar como ingrediente fundamental del helado, que se convierte en idea a plasmar en el espacio”. El diseño es por tanto una interpretación del azúcar, de su estructura atómica cristalina, de su delicadeza translúcida.
Pura tendencia 2016 son los colores escogidos: verde menta, blanco y rosa cuarzo, color Pantone del año. Luminosidad y formas geométricas son las características principales de un interior que homenajea de continuo a su producto.
Dividido en dos plantas, la baja tiene un espacio de barra, en mármol blanco, para degustar chocolates y postres más ligeros. Una escalera de caracol rodeada por prismas de acrílico transparente a modo de barandilla da acceso a una planta superior con mesas y un banco corrido, y un pequeño mostrador con vistas a la calle y al espacio.
Más prismas forman las luminarias creadas especialmente para Shugaa, con relucientes acabados en cobre. La celosía del techo sigue con la idea geométrica, esta vez en forma de triángulos de madera de pino. Resuelven así el sonido y le proporciona un toque distinguido y rompedor mirando hacia arriba. Esta misma celosía se repite en el exterior.
El espacio más reservado al fondo de la heladería es versátil y permite colocar tanto mesas para tomar los deliciosos postres como liberarlo para hacer talleres relacionados con los raspados y demás dulces.
El espacio más reservado al fondo de la heladería es versátil y permite colocar tanto mesas para tomar los deliciosos postres como liberarlo para hacer talleres relacionados con los raspados y demás dulces.
Para más información visiten: Party / Space / Design
Vía: diarioDESIGN
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