La zona de estar del salón se orientó frente a los enormes ventanales, que se vistieron con caídas a rayas en tonos blancos y grises. Los tonos grises se animaron con pinceladas de color azul y amarillo en parte del mobiliario. Un rincón del salón se reservó para crear una zona de trabajo, con un escritorio adosado a la pared y la silla Eames Plastic, de Vitra, en blanco.
Las caídas del salón se repiten en las ventanas que quedan en la cocina. Ésta se distribuyó en dos frentes: la mayoría de muebles y electrodomésticos concentrados en una pared y una isla central, que hace las veces de barra de desayunos.
Para la cocina, de marcado estilo industrial, se eligieron muebles modulares de acero, que confieren ligereza y actualidad al conjunto.
La isla central, además de acoger la zona de cocción, cuenta con armarios y gavetas que multiplican las zonas de almacenaje en la cocina. Una potente campana extractora de techo, impide que humos y olores se propaguen por toda la casa. Pegada a la isla, una mesa y tres sillas forman un acogedor comedor de diario.
La isla central, además de acoger la zona de cocción, cuenta con armarios y gavetas que multiplican las zonas de almacenaje en la cocina. Una potente campana extractora de techo, impide que humos y olores se propaguen por toda la casa. Pegada a la isla, una mesa y tres sillas forman un acogedor comedor de diario.
Para más información visiten: Denis Krasikov
Vía: decoratrix
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