Juli Capella y el chef José Andrés tienen una de esas colaboraciones especiales en las que el primero parece que sabe trasladar a un espacio a la perfección los conceptos gastronómicos ideados por el segundo. Un tándem que ya dio un espectacular fruto con la apertura de Jaleo, el restaurante de tapas que José Andrés tiene en Washington. A pocos metros, en la misma manzana, el chef acaba de abrir China Chilcano y su diseño también ha corrido a cargo del estudio Capella García Arquitectura.
Esta nueva apertura de José Andrés, que ya tiene más de veinte restaurantes, no tiene nada que ver con la cocina española. En esta ocasión se trata de un local especializado en gastronomía peruana, que incluye tanto la criolla como las dos fusiones presentes en el país: Chifa, que mezcla peruana con china, y Nikkei, combinación de peruana con japonesa.
El diseño interior de China Chilcano responde por tanto al cruce de culturas que ofrece su cocina pero no se basa en retales folclóricos importados de cada país sino que trata de hacer una reinterpretación contemporánea desde un punto de vista creativo y artístico con el objetivo de crear un espacio único, singular y nada aburrido, que es el signo más identificativo de los locales de José Andrés.
Tras el acceso, el restaurante se divide en dos partes. A la izquierda, se encuentra una zona de estilo callejero e informal frente a una gran barra de estética industrial. Aquí, un gigante y colorista mural de la artista de origen peruano Cecilia Paredes titulado Both Worlds preside el espacio.
A la derecha se encuentra otra zona más amplia y formal con todo tipo de atmósferas. Por ejemplo al principio se sitúan las mesas redondas con plato giratorio, conocido como Lazy Susan, un elemento muy ligado a los restaurantes chinos pero que fue inventado en Estados Unidos, según explica el estudio de Juli Capella. Mientras una de ellas ha sido rodeada de bambúes a modo de reservado, el resto se encuentra en hilera.
En esta zona también hay mesas con sofás corridos e incluso una de estilo japonés hundida por debajo del nivel del suelo. El diseño en general se basa en elementos sencillos, como los palés, cuerdas y escaleras suspendidas del techo.
Al fondo, sobre una plataforma elevada se encuentra la barra para la degustación de ceviche. La mezcla de tantos ambientes diferentes y el hecho de que la cocina se encuentra totalmente abierta a la sala tratan de ofrecer una experiencia singular al visitante más allá de la puramente gastronómica.
Todo el restaurante está coronado en el techo por una representación de las famosas líneas de Nazca, los intrigantes geoglifos peruanos convertidos aquí en líneas de luz cenital y que se aprecian especialmente por la noche.
China Chilcano abrió el pasado enero y se encuentra en el barrio de Penn Quarter en Washington, donde José Andrés tiene Jaleo y otros de sus restaurantes.
Para más información visiten: Juli Capella Samper, China Chilcano
Vía: diarioDESIGN
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