La luz natural y los colores intensos llenan de energía y elegancia a este apartamento de 70 m2 ubicado en un antiguo edificio de los años 60, en la ciudad brasileña de Belo Horizonte. La interiorista y decoradora Gislene Lopes se encargó de la reforma y la decoración del apartamento para actualizar su interior y hacerlo más vivo y funcional como deseaban sus propietarios. Espacios continuos y grandes ventanales, que van de un extremo a otro de la casa, una paleta de colores intensos y un mobiliario donde lo clásico y lo actual se funden con precisión marcan la decoración de este proyecto.
Después de la reforma, este apartamento, de 70 m², cuenta con una distribución diáfana, de la que se eliminaron los tabiques y las puertas. Son los elementos estructurales de la vivienda, tanto los originales como los de nueva construcción, los que marcan el espacio dedicado a cada habitación. Entre ellos, se encuentra un pilar de hierro pintado en blanco que delimita el salón de la cocina. En ésta destaca el color negro del frente de los armarios, el damero en blanco y negro para el suelo y la pared, matizado con elegidas ráfagas de color, como el guayaba de la zona de fuegos, el rojo del frigorífico o el amarillo de las lámparas. el conjunto se completa con una barra de desayunos realizada en Corian.
Un gran vano, pintado en rosa intenso, preside la zona de estar del salón. Mirando a los ventanales que dan al exterior, se colocó un cómodo sofá con chaise longue tapizado en blanco. Recorriendo toda la trasera del sofá, se realizó un mueble bajo a medida que se utiliza como zona de almacenaje. A lo largo del pasillo que conduce al baño de cortesía, se realizó un mueble empotrado con puertas de madera.
Al otro lado del salón, un gran puf entelado y una mesa auxiliar con la tapa pintada del mismo color que la pared completan su decoración. Una gran puerta corredera con espejo, en este caso oculta en el vano, deja ver parte del dormitorio. En lugar de ocultar una de las tuberías originales que recorren la casa, se optó por pintarla del mismo color que el techo
En el dormitorio, pintado en un luminoso azul mediterráneo, destaca el suelo de parquet original del edificio. Fotos con los marcos pintados del mismo color cubren toda la pared encima del cabecero. Un tocador antiguo, también pintado en azul, nos descubre el lado de la cama de la dueña. Colocado frente al ventanal, cuya claridad se tamiza con grandes estores de tela.
Al otro lado de la cama, se abre la puerta que da al cuarto de baño, que se comparte o aisla del baño de invitados por medio de una puerta corredera.
Para más información visiten: Gislene Lopes
Vía: decoratrix
No hay comentarios:
Publicar un comentario