

Lo que hay que tener en cuenta




En la actualidad, para viviendas se emplean casi siempre las llamadas lonas domésticas, que suelen estar elaboradas con tejidos acrílicos o microperforados. Las lonas de algodón, que antaño fueron muy populares, hoy día apenas se instalan porque tienden a estropearse, generan moho con la humedad y no resisten la acción del sol. Las de poliéster no aguantan bien la incidencia de los rayos UVA y se decoloran, y las de polipropileno presentan un aspecto “plástico” muy poco estético, por lo que se encuentran en desuso. En cuanto a las de PVC, son adecuadas para lugares en los que las lluvias son constantes, pero se recalientan demasiado; por lo general se emplean más para cobertores de piscinas, caravanas, carpas y toldos industriales.
Las lonas acrílicas no se decoloran y, además, llevan tratamientos especiales antimanchas. Son impermeables al agua pero dejan pasar el aire, lo que evita la vibración. Además son ecológicas y aportan aislamiento térmico en invierno. Hay un tipo de lonas acrílicas llamado panamá que resultan especialmente resistentes; ofrecen más garantía pero también son más caras.
Las lonas microperforadas son las más modernas y desarrolladas. Elaboradas con tejidos a base de poliéster o fibra de vidrio, posteriormente recubiertos de PVC, son transpirables y dejan pasar el aire, lo que evita el recalentamiento. Además, su estructura dejan pasar parte de la luz solar, lo que evita que oscurezcan el ambiente al tiempo que protegen del sol. Su limpieza es muy sencilla.
Los toldos y sus tipos según su estructura
Los toldos domésticos se agrupan en tres tipos básicos: los de brazos fijos, los de brazos articulados y los que no llevan brazos.
Toldos de brazos fijos:
De punto recto: los más corrientes y con excelente relación calidad-precio. Los brazos se abaten para desplegar la lona, y quedan recogidos arriba cuando ésta se levanta. Los hay de tipo cofre, donde se guarda el conjunto del toldo cuando está recogido. Entre unos 200 y 400 euros, en adelante. Tipo cofre: a partir de unos 500 euros.
Tipo estor: también se llaman verticales o screen. Se desenrollan de forma que caen perpendiculares al suelo o a una barandilla, donde se fijan A veces se pueden separar de las barandillas para dejar pasar el aire. Desde 250 euros.
Toldos de brazos articulados:
Simples: los más sencillos, los puede instalar uno mismo. Los brazos quedan guardados bajo la lona cuando se recogen. Desde unos 420 euros en adelante.
Monoblock: están montados sobre una barra metálica cuadrada que tensa la lona. Se recomiendan para cubrir espacios grandes. Desde unos 600 euros.
Toldos sin brazos:
De cortina: con barra y anillas para correrlos o descorrerlos. Son baratos, perfectos para porches o pérgolas. Desde unos 40 euros en adelante.
Verticales con guías: similares a los de tipo estor, pero en este caso van por unas guías ancladas en las paredes. Para laterales de balcones o pérgolas. Desde unos 320 euros.
Capotas: se suelen instalar en ventanas pequeñas y comercios. Desde unos 150 euros, dependiendo del número de arcos que tengan.
Palillerías: más que toldos son “techos de tela”, con una estructura de pliegue tipo acordeón. Se colocan en techos acristalados, pérgolas, porches y estructuras similares. A partir de unos 400 euros.
Motorizar un toldo
Es una opción muy aconsejable: colocar un motor para hacer más cómodo su manejo. A partir unos 300 euros podemos motorizar nuestro toldo e instalar el interruptor. Nos saldrá más barato si lo hacemos nosotros mismos; sólo el motor se puede adquirir desde unos 80 euros en adelante.
Vía: Deco Estilo
No hay comentarios:
Publicar un comentario