miércoles, 28 de mayo de 2014

Armarios de cocina: materiales y ventajas

Los armarios de cocina son las piezas que dotan de personalidad a la cocina. Pero además de bonitos, deben ser funcionales. Al elegir, conviene  dejarse  llevar  por las preferencias personales en cuanto a diseño, pero conviene conocer además las ventajas de cada material.  Al fin y al cabo, dura 20 años de media.


Los armarios de cocina están compuestos por la estructura o "casco" y las puertas y frentes. Cada parte es de un material distinto, de acuerdo a su función y a  su visibilidad en el conjunto de la cocina.
Los cascos de los armarios apenas se ven, pero es fundamental que sean de buena calidad. Como su función es alojar menaje de mesa y cocina y alimentos envasados, son de un aglomerado melaminizado básico, normalmente en  blanco o madera. Las piezas  de la estructura van encoladas o atornilladas (esto último, siempre en cocinas en kit) y la trasera, más delgada, se embute en una canaladura.
Se trata de un material de fácil limpieza, resistente, en el que los desperfectos son raros, salvo que se despegue la cinta de canteado en zonas de máxima condensación de agua o cercanas a fuentes de calor. Si el mueble es sencillo, basta con comprar cinta nueva y pegarla (con cola o con plancha si es termo adhesiva)  para volver a tener el mueble como nuevo. Pero mejor si lleva los canteados en PVC y que la estructura lleve un tratamiento hidrófugo.
Las puertas y frentes son los que aportan a la cocina su singularidad. Nada hay más satisfactorio que una cocina nueva con la distribución deseada, sí, pero también  con al acabado soñado…
En general, cualquier material resulta resistente y de fácil limpieza, pero aún así conviene conocer las diferencias. La estructura o "alma"  de las puertas y paneles puede ser de varios tipos (DM, aglomerado y contrachapado de madera) y el uso de uno u otro material se relaciona siempre con la calidad del acabado.
EL "ALMA" DE LAS PUERTAS
Está hecho de finas capas de chapa de madera laminadas colocadas transversalmente y alternando la dirección. Es un material fuerte y, al contrario  que la madera maciza, no tiene peligro de alabeo ni de contracción. Las maderas se clasifican en maderas duras (de árboles caducifolios, de crecimiento lento, siempre más caras) y maderas blandas (de árboles perennes). La madera blanda se usa, a veces, para acabados laminados, aunque lo usual es que sólo se recubra de  chapa de madera. Con la madera dura, sin embargo, no hay que dar nada por hecho: una chapa así no siempre cubre un ‘alma’ de madera dura (sería carísimo); ante la duda, preguntar siempre…
Tablero de DM
Los tableros de fibras de densidad media (DM) están hechos de capas muy finas de fibras aglutinadas y prensadas. Su superficie es satinada recibe bien la pintura y el laminado. Ofrece más resistencia al atornillamiento que un aglomerado. Es una calidad intermedia, más barata que el contrachapado de madera, pero menos que el aglomerado.
Es un tablero de partículas de menor calidad. Se trata de una mezcla de  virutas, serrín y cola, de aspecto más basto que el DM. Pesa más que el contrachapado de madera, y no es tan resistente.
EL ACABADO DE LAS PUERTAS
Madera rechapada
La madera, en cualquiera de sus tonalidades, es un clásico. Aunque ahora la tendencia es que las puertas sean lisas, las de molduras y plafones siempre tienen su público. La madera rechapada suele llevar tratamientos que la hacen más resistente. En tonalidades claras da mucha luminosidad a la cocina y apenas se nota la suciedad, mientras que el efecto es inversamente proporcional cuanto más oscuro sea el tono. Es un material natural, Intemporal y elegante. Pero también es delicado, a menudo sensible a los golpes y a algunos productos de limpieza, y se oscurece con el tiempo.  Además, el color de la madera y las vetas son singulares, por lo que no resulta fácil  ampliar a posteriori. Las cocinas en maderas completamente macizas sin rechapar son meramente anecdóticas,  y suelen estar hechas a medida en talleres artesanos.
Precios: unos 5.800 € (dos frentes de 3,50 x 3,50 cm); unos 6.600 € en madera decapé. *
Estratificado o laminado
Conocido a menudo por una marca comercial (Formica), este material tiene muchas ventajas, entre ellas su buen precio y una amplia variedad de diseños y colores. Son las cocinas en kit básicas, pero con acabados para todos los gustos, que se venden en los almacenes de bricolaje. El interior de las puertas y paneles es un aglomerado simple, menos resistente a la humedad y al calor que el DM del polilaminado. La superficie, un compactado de resinas, es fácil de limpiar y resistente. Entre los inconvenientes, medidas demasiado estándar, y que a menudo llevan sólo dos laterales preformados, quedando los de arriba y abajo canteados en PVC
Precios: unos 5.000 €  (dos frentes de 3,50 x 3,50)*.
PVC (polilaminado)
Es un acabado excelente, hecho de láminas de PVC, que permite optar entre muchos colores. Al ser moldeable, se adapta a todo tipo de molduras y plafones situados sobre el tablero, ofreciendo un acabado uniforme sin ángulos ni esquinas donde pueda acumularse la suciedad. Resulta sencillo de limpiar y el precio es moderado. ¿Inconvenientes? La lámina plástica puede desprenderse  si es de mala calidad o por exceso de calor. La estructura de estas puertas nunca es inferior a un DM.
Precios: unos 5.700 € (dos frentes de 3,50 x 3,50 m)*.
El lacado es un acabado muy vistoso, que se realiza sobre tablero de DM. Actualmente es tendencia el lacado en alto brillo, hecho en poliéster en cualquier tono de la carta de colores; sin embargo, no pasa de moda la cocina lacada en blanco, un clásico anglosajón  que ha cruzado fronteras. El problema del blanco es que puede amarillear con el tiempo.  Estos muebles son delicados , y la laca puede saltar con los golpes o con los años y el calor cuando el lacado no es de calidad. El único arreglo posible es volver a lacar. Por ello conviene adquirir este tipo de muebles en comercios que ofrezcan una garantía larga (Ikea, Muebles Fagor…).
 Precios: unos 9.000 € (dos frentes de 3,50 x 3,50 m)*.
* NOTA: los precios se basan en dos frentes de armarios altos y bajos de 3,50 x 3,50 m con gaveteros de extracción total y sistema de freno incorporado, un kit de gestión de residuos y un gran cubertero de 90 cm.
Vía: Deco Estilo

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