Según recalca el estudio de Isabel López, uno de los secretos para el diseño de restaurantes es la experiencia del cliente, y esta suma la tercera hamburguesería de esta cadena en la capital madrileña. El buen entendimiento entre el cliente y la proyectista pasó también por entender su negocio, y este fue el primer factor que se tuvo en cuenta antes de comenzar a darle forma.
La inspiración llega de imágenes que nos trasladan a la ciudad de los rascacielos; fachadas acristaladas, luces de neón, mobiliario de estilo industrial… como una versión actual de los diners neoyorquinos.
Ello ha llevado a crear una iluminación cálida y llena de contrastes. En el centro del espacio se extiende un largo pasillo del que cuelgan, protagonistas, unas delicadas y etéreas lámparas handmade de grandes dimensiones. Ellas logran un efecto de prolongación del espacio que hace que la percepción y el recorrido sean mucho más agradables.
Siguiendo la excelencia de la materia prima de la carta,en el interiorismo se han utilizado materiales nobles: maderas macizas, pieles naturales y vidrios de distintas texturas. La integración de estos materiales, superficies tratadas y nuevos acabados, así como un equipamiento que combina piezas clásicas y vanguardistas, son la esencia de este restaurante, adaptado a las nuevas tendencias.
Esta nueva propuesta ha servido de contenedor ideal para sacar el máximo partido a un modelo de negocio y a un estilo de cocina concreto. La búsqueda de la originalidad y sobre todo la diferenciación ha resultado ser el camino, en un diseño de espacio con personalidad.
Para más información visiten: Isabel López Vilalta, New York Burger Castellana
Vía: diarioDESIGN
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