martes, 10 de diciembre de 2013

10 razones para decorar con plantas

¿Vive en la ciudad? ¿Recuerda esa sensación de estar en el campo o la montaña, después de días y días rodeado de cemento, respirar profundamente y sentirse instantáneamente mejor? Es algo normal, se trata de la reconexión con la naturaleza... 

Los espacios en los que vivimos pueden afectarnos profundamente: a nuestro estado de ánimo, a nuestro comportamiento y, en consecuencia, a nuestra salud y bienestar. Sin embargo, añadir un poco de naturaleza en nuestro hábitat es una forma de acercar el campo o la montaña a nuestra rutina diaria y encontramos mejor. Por esto mismo, llenar nuestra casa de plantas resulta muy interesante.

Un paisajista y un
interiorista, a través de su mirada técnica, sensible e innovadora, pueden aconsejarnos sobre cómo aprovechar al máximo un espacio, ya sea interior o exterior y, de este modo, mejorar su calidad de vida.

Aquí le exponemos 10 razones para reconectar con la naturaleza en casa:
 
1. Es evidente que la naturaleza es el ambiente original de nuestra especie  y el que mejor nos debería sentar. Las plantas optimizan la calidad del aire, nos hacen respirar mejor y descansar mejor por la noche. Al realizar la fotosíntesis durante las horas de luz consumen C02 y desprenden oxígeno. Por la noche, al no haber luz, no pueden realizar este proceso, pero, como nosotros, respiran y compiten con nosotros por el oxígeno del dormitorio. Por esto mismo, la única precaución que debemos tomar si dormimos en un espacio cerrado es no tener muchas plantas o muy grandes, ya que nos produciría el efecto contrario al deseado.
 
2. Las flores recién cortadas potencian los sentimientos de felicidad, reducen la depresión y aumentan la emoción positiva. Quizás pensemos que no vale la pena comprar flores por lo poco que duran, pero también es cierto que, ese tiempo que las tenemos en casa, mejoran nuestra calidad de vida.
 
3. Cultivar lo que comemos o comer lo que cultivamos nos reconecta con la Tierra. Para los urbanitas, disponer de un huerto urbano o unas hierbas aromáticas en macetas, puede suponer disfrutar de una experiencia culinaria diferente.
 
4. Reproducir un espacio natural más allá de una planta en una maceta nos puede ayudar a relajar la mente tras un día agitado. Las opciones son infinitas: desde colocar un árbol pequeño adecuado para el interior, como puede ser un Ficus Lyrata, hasta poner un terrario con un jardín de rocas o usar materiales naturales para la decoración de nuestro hogar.
 
5. Se ha demostrado que vivir rodeado de naturaleza potencia la creatividad. De hecho, existe un nuevo término que define el estado resultante de la falta de relación con el resto de especies vivas: “trastorno por déficit de naturaleza”.
 
6. Una dosis de naturaleza en forma de tisana puede aumentar la energía y el rendimiento. Recortar unas hojas de albahaca o tomillo fresco de nuestras macetas o del huerto urbano para hacernos infusiones ayuda a impulsar nuestro estado de ánimo.
 
7. La naturaleza es una gran fuente de medicina. Hay estudios que demuestran que pasar el tiempo mirando las plantas ayuda a sanar más rápido. En un estudio se vio que enfermos de una misma patología cuyas habitaciones tenían vista a árboles sanaban más rápido que aquellos que veían una pared de ladrillo.
 
8. Pasar tiempo en espacios verdes puede mejorar la concentración y aumentar la capacidad de atención, lo que resulta perfecto en el caso de niños.  De hecho, en escuelas nórdicas alientan a los niños a recoger “tesoros” de la naturaleza en cada estación y a construir una zona de la naturaleza en interior de casa para reflejar los cambios en las estaciones.
 
9. Disfrutar de un entorno natural puede potenciar el rendimiento de la memoria hasta un 20%. Nuestra salud se extiende más allá de nuestro cuerpo físico, incluye las emociones y los espacios que nos rodean. Es en este principio en el que se basa el Feng Shui, la filosofía de armonización de la experiencia humana con el entorno.
 
10. Las plantas requieren de atención, lo que ayuda a aflorar nuestros sentimientos maternales y de crianza, haciéndonos más compasivos y canalizando la ansiedad en una forma de protección.

Vía: fotocasa.es
 

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