La decoración de estilo japonés tiene cada vez más adeptos en el mundo occidental, y hay quien trata de reproducirla con todo lujo de detalles o quien prefiere optar por una ligera inspiración. En el caso de hoy veremos la primera de estas posibilidades, destacando los elementos que se consideran más característicos en las viviendas de corte más tradicional.
En la imagen de portada puede ver un ambiente que resume a la perfección los puntos clave que necesitará incluir si lo que busca es lograr un impacto de gran autenticidad. Para ello debe tratar de reproducir la estancia en la que se desarrolla la ceremonia del té, que es la más representativa de este estilo, por lo que no pueden faltar los paneles shoji, los tatamis, una mesa baja y un tokonoma (que veremos más adelante lo qué es).
Habrá visto en series, películas y documentales que en la cultura japonesa se hace mucha vida a ras de suelo, y por eso la mesa baja es la pieza con la que más identificamos este espacio, así como los cojines que se ubican alrededor de ella, aunque también pueden utilizarse otro tipo de asientos.
Como curiosidad quisiera añadir que este tipo de casas japonesas no suelen tener calefacción, por lo que la versión de esta mesa que más se utiliza en los meses más fríos es el kotatsu, que tiene un brasero en su parte inferior (o una estufa eléctrica como variante moderna) y el calor permanece gracias a un acolchado que la recubre (denominado futón).
Como curiosidad quisiera añadir que este tipo de casas japonesas no suelen tener calefacción, por lo que la versión de esta mesa que más se utiliza en los meses más fríos es el kotatsu, que tiene un brasero en su parte inferior (o una estufa eléctrica como variante moderna) y el calor permanece gracias a un acolchado que la recubre (denominado futón).
El tokonoma
Es quizá la parte de la decoración japonesa en la que menos se haya fijado mucha gente, y paradójicamente es la más importante. Se trata de una especie de cubículo un poco elevado que preside la estancia del té. En él destaca la presencia de un kakemono, que es una pintura o caligrafía realizada en papel o seda cuyos motivos principales suelen ser paisajes, flores, pájaros o una poesía (aunque originariamente se mostraban representaciones budistas para su veneración).
Si quiere ser fiel a sus orígenes, no ponga un cuadro enmarcado ni nada por el estilo, y antes de comprar la obra elegida, compruebe que se despliega en sentido vertical. En el suelo del tokonoma puede poner un bonsái o algún arreglo floral.
Fíjese en las imágenes anteriores y verá que este cubículo aparece en todas, aunque sea parcialmente. Observe también que los tatamis cubren el total de la estancia, no sólo parte de ella.
Vía: Interiorismos
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