Los propietarios de este apartamento en Pontevedra deseaban una nueva cocina en la que primase la luz y el espacio de trabajo. El arquitecto de interiores Vicente Pillado partió de estas dos indicaciones para proyectar una moderna cocina, con modernos materiales y gran luminosidad, que proviene no sólo de las entradas de luz sino también del propio mobiliario totalmente blanco.
Los dos puntos de referencia para la reforma del espacio fueron la entrada de luz natural y la viga central, que cruza a lo ancho la vivienda y que se potenció en lugar de ocultarla. Este elemento estructural sirve para generar un juego de volúmenes y espacios de uso y circulaciones, mientras los espacios de trabajo se orientan hacia las ventanas.
La cocina se amplió en tres direcciones: a lo alto, a lo ancho y a lo largo. Para conseguir un espacio que respirase más que el original, se eliminó el falso techo, rehaciéndolo lo más alto posible. La cocina y el comedor se unieron mediante una puerta de vidrio transparente que permite un paso de casi 2,5 m. También se ganaron 60 cm al hall de entrada y se regularizaron los espacios ocultando las paredes diagonales con el mobiliario.
El programa funcional puede leerse a través del pavimento empleado para cada zona: en la cocina se utiliza una práctica plaqueta cerámica gris, concordando con el resto de tonalidades, y en el resto de las estancias se coloca una tarima de madera de roble claro, que aporta calidez y un aspecto natural.
La iluminación cobra vida a través de luminarias muy discretas que potencian la estética y continúan el mismo juego geométrico de todos los elementos. Luminarias totalmente enrasadas en el falso techo para la cocina, formando otra vez un cruce lineal con la viga. Luminarias enrasadas con la fuente de luz oculta en una caja negra contrastando con el blanco del techo. Y luminarias de superficie y cilíndricas en el comedor, rompiendo completamente con todo lo demás y enmarcando usos diferentes, sin salirse de la selección cromática.
Los colores claros y neutros que se han elegido sirven para acrecentar la sensación de amplitud y el rebote de la luz. Para destacar la viga, se revistió con microcemento pulido en un elegante tono gris, dándole un aspecto natural. También el color gris sirve para definir la zona de trabajo mientras que el mobiliario y las paredes forman un todo, unificados por el blanco.
Estos colores claros contrastan con el uso del color negro para la mesa y las sillas en el espacio de comedor, así como para la caja central para la televisión integrada en el mueble de carpintería. Un espacio donde también se respira el equilibrio y la serenidad de la cocina.
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