miércoles, 20 de noviembre de 2013

El valor de los materiales, protagonista de este piso de Anne Sophie Goneau

El objetivo: diseñar los 119 m2 de una planta baja, situada en un edificio de tres plantas de la calle St. Denis, en la ciudad de Montreal. La encargada de hacerlo ha sido la diseñadora de interiores Anne Sophie Goneau. El mandato era maximizar el espacio mientras se mantenía la integridad arquitectónica del espacio original, cada habitación con luz natural.

El concepto era poner de relieve los antiguos materiales, descubiertos durante la demolición (pared de ladrillo, pared de hemlock y estructura de acero), con el fin de comunicar sus características, sus texturas y el color del ambiente.
En la nueva vivienda, la cocina abierta se convierte en el punto central y se ubica junto al comedor y la sala de estar, donde encaja el dormitorio principal. La cocina está delimitada por una pared de vidrio que preserva la visión del ladrillo dejado visto, un recuerdo arqueológico que quiere destacar la vastedad de los materiales existentes como un escaparate expositor.
En contraste con el acabado opaco de los ladrillos y su tono terroso, el mobiliario de cocina se ha elegido en un acabado negro brillante que se prolonga en forma de armarios de suelo a techo hasta la zona de comedor.
En el suelo, bajo una losa de hormigón, se instaló un sistema de calefacción radiante por agua caliente. A continuación se aplicó epoxi gris claro y un acabado de poliuretano mate.
El dormitorio principal se encuentra justo enfrente del comedor y se comunica visualmente con él a través de la pared divisoria de vidrio. El interior, unificado por el color blanco, se percibe desde el comedor como un elemento independiente pero al mismo tiempo integrado. La total neutralidad tonal impide que la estancia resulte llamativa.
Para distinguir las zonas privadas de los espacios comunes, el dormitorio principal y el resto de habitaciones, así como el cuarto de baño, son en epoxi blanco brillante.
La viga de acero, a prueba de fuego, delimita la zona de paso sin necesidad de paredes.
En el pasillo que conduce al baño, se ha empotrado en el techo un diodo emisor de luz para conseguir un ambiente íntimo. La vasta pared de tablones de madera se prolonga hasta el interior del baño, un espacio minimalista y austero, al que presta su intensa personalidad.
Para más información visiten: Anne Sophie Goneau





















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