

En la nueva vivienda, la cocina abierta se convierte en el punto central y se ubica junto al comedor y la sala de estar, donde encaja el dormitorio principal. La cocina está delimitada por una pared de vidrio que preserva la visión del ladrillo dejado visto, un recuerdo arqueológico que quiere destacar la vastedad de los materiales existentes como un escaparate expositor.
En contraste con el acabado opaco de los ladrillos y su tono terroso, el mobiliario de cocina se ha elegido en un acabado negro brillante que se prolonga en forma de armarios de suelo a techo hasta la zona de comedor.
En el suelo, bajo una losa de hormigón, se instaló un sistema de calefacción radiante por agua caliente. A continuación se aplicó epoxi gris claro y un acabado de poliuretano mate.

Para distinguir las zonas privadas de los espacios comunes, el dormitorio principal y el resto de habitaciones, así como el cuarto de baño, son en epoxi blanco brillante.
En el pasillo que conduce al baño, se ha empotrado en el techo un diodo emisor de luz para conseguir un ambiente íntimo. La vasta pared de tablones de madera se prolonga hasta el interior del baño, un espacio minimalista y austero, al que presta su intensa personalidad.
Para más información visiten: Anne Sophie Goneau
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