

Cada alfombra o más bien cada estilo y espesor de alfombra será más adecuado para un lugar que otro en función del tráfico que deba soportar. No es lo mismo una alfombra para una escalera que una alfombra para la sala de estar. La distinción más importante siempre se plantea en función de las veces que será pisada una alfombra. El tipo de pelo de la alfombra o el corte de éste también son fundamentales pues establecerán la diferencia entre una alfombra que siempre parece limpia de otra que enseguida se notan las pisadas.
Las alfombras elaboradas con materiales sintéticos nos plantean la duda de la salubridad, sobre todo cuando percibe ese olor característico a hidrocarburos que expelen algunas alfombras baratas, hemos de interesarnos por su composición y que ésta esté avalada por los organismos sanitarios de nuestro país. También es interesante preocuparnos por colocar sistemas de retención para prevenir accidentes.
Desde cinta de doble cara hasta sistemas que evitan que las alfombras se deslicen, puede parecer algo sin importancia pero desde luego no lo es cuando en casa tenemos niños pequeños o ancianos que pueden tener un accidente si se tropiezan o resbalan con la alfombra. Una capa extra de acolchamiento tampoco irá mal, podemos adquirir productos que realizan ambas labores, acolchan la alfombra por debajo y al mismo tiempo evitan su deslizamiento. Cuando los suelos de nuestra casa son de madera o de cerámica estas precauciones son muy importantes.
Vía: Guía para decorar
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