
Como amigo personal del estudio, el cliente trabajó estrechamente junto a Glenn Sestig y su equipo para resolver de la manera más satisfactoria posible las necesidades estéticas y funcionales de la vivienda.

El diseño interior, sobrio y de corte masculino, responde al tipo de vida de su propietario quien, debido a su profesión, debe viajar con frecuencia. Por ello, el apartamento se ha intentado no recargar y equipar con los elementos más indispensable sin que resultase un espacio frío.
En el mobiliario se han integrado piezas como el conocido puf Barcelona de Mies van der Rohe junto a otras diseñadas por el propio arquitecto u otras procedentes de los viajes que el cliente realiza por todo el mundo.
También se han utilizado materiales con una gran textura como el papel de seda, que hace referencia a la pasión que el joven propietario siente por la moda y los tejidos.
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