Open Book surgió de la necesidad, pues fue diseñado para un edificio protegido en el que no estaba permitido colgar estanterías en las paredes —en UK la normativa en cuanto a edificios antiguos es muy estricta— por lo que debieron ingeniárselas para guardar los libros en otros muebles, como por ejemplo los sillones.
Está construido en madera, pero además de los cojines, el interior está tapizado para mayor comodidad. En un lado cuenta con hasta tres huecos de diferentes proporciones para guardar libros —que a su vez sirven como pequeña mesa auxiliar donde dejar el café o el portátil— mientras que en el otro lado, el que funciona como separador visual, incluye también unas tiras de tela para colgar revistas y periódicos.
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Vía: Decoesfera
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