En Tarifa, ese rincón mágico de la costa gaditana, el punto más meridional de la Península Ibérica, se encuentra esta moderna construcción firmada por los arquitectos James & Mau, que diseñaron una versión renovada de las casas con fachadas de cal blanca tan características en gran parte de la comunidad andaluza.
El clima es mediterráneo con veranos calurosos e inviernos suaves, ambos húmedos, y condicionado por el fuerte viento de Tarifa. En ella confluyen los dos vientos por antonomasia de Cádiz, el que sopla desde el oeste, cuyo soplo es más suave, llamado Poniente, y el que procede de África, caliente y turbulento del sur, conocido como Levante. La arquitectura del lugar se adapta al clima con sus pequeños pueblos blancos, con patios y calles estrechas.
A la hora de proyectar esta vivienda, los arquitectos recibieron una premisa: el propietario quería una casa, no sólo para habitar, sino también un lugar donde pudiera desarrollar una serie de actividades interiores y exteriores. Los espacios al aire libre, ya sea la piscina, el comedor o el solarium, adquieren suma importancia. Así James & Mau propusieron un cortijo contemporáneo en 300 m2. La piscina, que mide 15 m de largo y 4 m de ancho, está pegada a la casa para transformarse en un espacio totalmente integrado en el proyecto arquitectónico. A cada lado, estanques con plantas acuáticas para la depuración del agua, casi invaden la casa, creando una continuación ininterrumpida entre “el exterior y el interior”. Desde prácticamente todos los puntos de la casa puede verse el agua, como un pueblo andaluz pegado al mar.
Las reglas de diseño de la vivienda siguen las de sus prototipos inspiradores, las casitas de cal blanca de los pueblos andaluces. El primer elemento de un pueblo o cortijo sería el muro perimetral o muralla que lo delimita. En esta casa se optó por crear un recinto de forma abierta y contemplativa mediante un gran plano horizontal. Éste está formado por una pérgola permeable de chapa que además permite controlar la radiación solar en verano e invierno creando un micro clima en el recinto.
Todos los acabados exteriores están recubiertos de una malla de metal blanco que actúa como fachada ventilada y recuerda la estética típica de los pueblos blancos, pero con un toque moderno. Los agujeros de la malla en fachada, pérgolas, y contraventanas crean efectos preciosos de sombras, reflejos y centelleos entre ellos mismos, que se multiplican y cambian durante los diferentes momentos del día y de las exposiciones al sol. La casa es una construcción industrializada y modular que permite aprovechar el espacio y optimizar los materiales. También permite gestionar de una forma más eficaz los residuos, reducir los costes, los tiempos y la contaminación medioambiental.
Con la combinación de la arquitectura bioclimática, con su diseño solar pasivo, su fachada “inteligente” que se abre y se cierra y su sistema de ventilación cruzada; el uso de materiales ecológicos y aislamientos de alta calidad y la integración de sistemas de energías renovables (Calefacción de Biomasa y paneles solares para el agua caliente), el edificio consigue un alto confort térmico. La piscina no utiliza cloro ni productos químicos para depurar y purificar el agua, sino plantas acuáticas, gravas y microrganismos beneficiosos. Así, logra integrarse con armonía dentro del paisaje, respeta el medio ambiente y consume menos energía.
Tarifa es el único punto costero de España en el que se puede disfrutar tanto del Océano Atlántico como del Mar Mediterráneo. Significa que ofrece la posibilidad de elegir entre dos tipos de playas totalmente diferentes en cuanto a color, temperatura, oleaje y arena, con apenas 10 metros de distancia entre una y otra. Tarifa disfruta de unas vistas de Marruecos tan nítidas y espectaculares que resulta difícil creer que África esté tan cerca.
Fotografías: Erika Mayer a través de Plataforma Arquitectura.
Para más información visiten: James & Mau
Vía: decoratrix
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