Estilo cottage: entre lo rústico y lo chic

Uno de los estilos de moda de los últimos años es el estilo cottage, que se caracteriza por la creación de espacios acogedores de aires campestres, bucólicos y románticos, pero con un aire sofisticado y elegante. Una mezcla de estilos como el rústico, el shabby chic o el vintage, pero con una serie de particularidades propias. Conózcalas aquí.

El objetivo del estilo cottage es conseguir un ambiente acogedor y relajado que evoquen aires rurales, creando, a través de la decoración, una conexión importante con la naturaleza. Como si de una casa en la campiña inglesa se tratase, nos proporciona el encanto que suponen las piezas de mobiliario antiguas, sin descuidar la atención a los detalles decorativos... A continuación le mostramos las características principales de este estilo.

A diferencia que en Shabby Chic, que basa su paleta de color en los tonos pastel, en el estilo cottage predominan los colores claros, que evocan a la naturaleza: blancos, beiges, tonos tierra, arena, café... se combinan con otros más fuertes como el azul, el rojo, el teja o el verde, de clara inspiración natural, para crear atractivos contrastes.

Estos colores generan ambientes luminosos y acogedores, que denotan calma y calidez.

Para lograr un aire campestre, el estilo cottage utiliza materiales y tejidos naturales. Así, uno de los más utilizados es la madera, en acabados naturales, decapados o envejecidos, ésta aporta un toque cálido y acogedor a cualquier estancia, sobre todo, en colores blancos y beiges. Las fibras naturales como el mimbre también aparecen en cestas y hasta sillones.

Otro de los materiales más usados es el hierro, muy usual, hasta con manchas de óxido, en cabeceros de camas de forja, marcos, espejos y más objetos decorativos. Por su parte, la porcelana se encuentra en jarrones, vajillas y otras piezas decorativas. La piedra, aunque esté menos presente por su aspecto contundente, también la podemos encontrar en encimeras o chimeneas.

En cuanto a los tejidos, también predominan los más naturales como el algodón, la lana, el lino o la piel, esta última, a menudo, en tapizados capitoné. También predominan las telas vaporosas como la gasa, especialmente en las cortinas.

Una de las principales características del estilo cottage, que comparte con el vintage, es la combinación de elementos nuevos y modernos con otros viejos. La selección de piezas antiguas ayuda a transmitir esa sensación acogedora y cálida tan buscada, pero también un ambiente rural y romántico, entre lo rústico y lo chic.

Así, es normal encontrar muebles restaurados, con encanto y cierta carga sentimental, muchas veces con acabados decapados o envejecidos. Sillas de madera retapizadas, sillones capitoné, sofás de estilo clásico, muebles repintados o empapelados, que combinan con algunos elementos modernos de aires rústicos, pero sin perder el confort propio de las piezas actuales.

Flores, aves, motivos campestres, pastorecillos, casitas rústicas y hasta temas mitológicos son, sin duda, los estampados más utilizados en el estilo cottage. Típicos del Toile de Jouy, unas telas típicas francesas de finales del siglo XVIII, que se caracterizaban por sus estampados bucólicos en azul, rojo o sepia sobre fondos blancos o en color crema, siguen siendo imprescindibles hoy en día para decorar ventana o paredes, muebles y complementos.

Los decapados, envejecidos y hasta oxidados también nos aportarán el encanto de lo antiguo, dándole un aire más rústico a los muebles y complementos.

Si elegimos el cottage como estilo principal a la hora de decorar nuestra casa debemos tener en cuenta que existen una serie de complementos imprescindibles... Jarrones de porcelana, cabeceros de forja o tapizados, utensilios de cocina de hierro, máquinas de coser antiguas, espejos viejos, juguetes de otras épocas, puertas de madera maciza, objetos artesanales...

También están muy presentes las flores y plantas, muchas flores y plantas naturales, con macetas de hojalata o porcelana, que otorgan un aspecto mucho más campestre a nuestra casa. tampoco podemos olvidarnos de los cuadros y esculturas clásicos como los bodegones o las figuritas de porcelana.

Vía: Foto Casa