Maracanã House es una casa de São Paulo donde no se puede utilizar el verbo ‘entrar’ pues aquí no hay distinción entre dentro y fuera. Al contrario, comparte sus límites con el exterior creando un espacio continuo en toda la parcela disponible. Situada en la calle del mismo nombre y hecha por y para el director del estudio Terra e Tuma, es además el mejor ejemplo de cómo, en una ciudad como ésta, lo contemporáneo crea los contrastes más urbanos.
Con este proyecto Danilo Terra ha descubierto las posibilidades que existen para una superficie pequeña (185 metros cuadrados en total). Su solución pasa por una vivienda de tres plantas seccionada transversalmente y prolonga el interior hasta fuera, quedando la cara norte a la vista pero no a la intemperie (excepto la zona del jardín) gracias a una fachada de vidrio que, una vez plegada, abre la casa completamente a la ciudad.
Su autor utiliza el adjetivo geométrico para describirla. Por su forma, pero también por los contrastes dentro-fuera y por los materiales utilizados, pues prácticamente es una casa de cemento y cristal. La solidez de los bloques de hormigón a la vista contra la frágil presencia del vidrio.
Y un elemento más que añadir a la mezcla: la monotonía del gris con el vibrante mural que da la bienvenida a la residencia y que funciona, a su vez, de acceso oficial. La pieza, una composición de cerámica que juega con los colores negro, blanco y rojo, es obra del artista Alexandre Mancini.
El elemento principal de la vivienda es el mirador que se abre sobre el salón.
La casa está construida en una zona con diferentes niveles. Por este motivo la planta más inferior queda en el subsuelo.
De cara a su distribución, se han dejado las zonas más públicas (cocina, salón, etc.) para la planta baja y se han reservado las privadas para la superior.
En esta planta el color madera de las puertas y el mobiliario es el encargado de romper el protagonismo del hormigón.
Si por el día goza de la luz natural que proporciona una vivienda abierta al exterior, por la noche perdura la sensación de apertura gracias a una iluminación artificial que busca recrear el efecto de las luces de la ciudad al dirigirlas hacia todas partes.
Maracanã House sorprende en el vecindario, y no sólo por el mural de cerámica, hasta convertirse en una casa espectáculo. Pero, al mismo tiempo, refleja la singularidad de la zona donde está situada, Lapa, un barrio de contrastes urbanos.
Para más información visiten: Terra e Tuma
Vía: diarioDESIGN
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