Limpiar el cuarto de baño está entre las tareas domésticas menos agradables, pero más “agradecidas”... Sanitarios y azulejos resplandecen en cuanto entran en contacto con la bayeta. Como es una limpieza prioritaria, aquí tiene los mejores consejos para que sea rápida, eficaz y le dure más tiempo en condiciones aceptables.
Mantener el baño limpio es una cuestión de higiene, pero tampoco debe ser algo obsesivo. Una vez asumido que la asepsia total no es posible ni siquiera en el aseo, conviene plantearse con qué periodicidad es necesario ‘pasar el trapo’ y la mejor manera de limpiar usando sólo los productos básicos, como la lejía, el amoniaco, el vinagre y el bicarbonato, que a la larga son los que mejor desinfectan y salen más económicos.
Estableciendo como mínimo una limpieza por semana, se puede ampliar la rutina según el número de personas que convivan en la casa y el tiempo que pasen en ella. Se trata de hacer una limpieza que incluya los sanitarios, los grifos, el espejo, la encimera si existe, los suelos y la mampara. Tanto las peanas de los sanitarios como las paredes, la alcachofa de la ducha, las cortinas, los desagües y el interior del mobiliario pueden ser objeto de limpiezas generales que se pueden distanciar entre sí varias semanas.
El producto básico para la limpieza general puede ser una mezcla de 3 cucharadas de bicarbonato, media taza de amoniaco y dos tazas de agua templada. Utilice guantes y ventile bien mientras limpia. Si prefiere evitar el amoniaco, entonces emplee 4 cucharadas de detergente líquido de lavavajillas. Use una esponja con el envés de estropajo y utilice éste para eliminar las manchas rebeldes. Con una bayeta puede ir aclarando y secando.
Para los espejos, utilice amoniaco bastante rebajado en agua templada o sustituya el amoniaco por vinagre blanco. Emplee un trapo limpio que no deje pelusa, o mejor, papel de periódico a modo de bayeta. ¡Infalible! Otra solución casera es mezclar 2 tazas de alcohol de quemar, 2 cucharadas de lavavajillas y 2 tazas de agua. Cualquiera de estas fórmulas será de más fácil aplicación si la vierte en un pulverizador.
Las juntas en torno a la bañera y la ducha tienden a retener la humedad. Ventile el cuarto de baño o deje la puerta entreabierta después de ducharse para evitar la aparición de moho. Con una pequeña toalla seque las paredes mojadas después de ducharse. Y limpie de vez en cuando con una solución de agua caliente, un chorrito de amoniaco, otro de vinagre y una cucharada de bicarbonato, aplicada con una esponja de limpiar. También funciona una mezcla de 10 partes de agua templada por una de lejía y frotar las juntas con un cepillo de dientes. Después limpiar con detergente.
Las mamparas de cristal ‘refulgen’ si se les aplica una solución de agua con un chorro de vinagre blanco, la misma fórmula que limpia muy bien un ligero cerco alrededor de la bañera. Si la suciedad se ha incrustado hay que aplicar un producto corrosivo como la sosa cáustica, pero con grandes precauciones porque es tóxica y quema.
Para desinfectar el inodoro, eche un buen chorro de lejía, deja actuar 10 minutos y luego pase una escobilla y vacíe la cisterna. También puede echar por la noche un cuarto de taza de bórax o dos pastillas de las que se usan para limpiar las dentaduras sumergidas en agua y dejar actuar hasta la mañana siguiente. Nunca mezcle diferentes productos, especialmente lejía y amoniaco, porque es tóxico.
Una fórmula mágica para prevenir los desagües atascados es echar en ellos media taza de bicarbonato seguida de media taza de vinagre blanco; se deja actuar unos minutos y se echa agua muy caliente.
Vía: Deco Estilo
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