“Orchard House” (“La Casa de la Huerta”), un proyecto de la firma de arquitectura Arch11, está situada en Boulder (Colorado, Estados Unidos). La obra ganó en 2010 el Premio de Honor para Interiores del Instituto Americano de Arquitectos del norte de Colorado y sobresale por una organización y aprovechamiento híperminimalista de su espacio.
En el vestíbulo destaca el acristalamiento en rojo de la escalera, la amplitud y la entrada de luz por sus amplios ventanales. El escaso mobiliario utilizado, de tintes modernistas, no deja lugar a dudas sobre esta búsqueda de un espacio simple, dominado por el volumen, techos altos y paredes desnudas. Apenas se utilizan un par de colores; un detalle de color parece ser suficiente para cada habitación, pero con resultados espléndidos. En el diseño de interiores, en este caso, prima el uso de distintas texturas antes que el colorido. El detalle de la chimenea en el salón, por ejemplo, prácticamente escondida, resulta sublime.
En la cocina el blanco se materializa en muebles y alicatado. Resulta espaciosa, con pasillos largos que nos llevan de un lugar a otro y nos permiten cocinar a gusto. Se ha optado por unos muebles de acabado de madera que conjugan la claridad y oscuridad de su superficie de un modo muy interesante.
El cuarto de baño también destaca por su amplitud, desnudez y un único mueble que abarca casi toda una pared, elegante, práctico y bonito. La bañera, de corte modernista, permite disfrutar de espléndidos baños relajantes a la vez que el paisaje se muestra por una amplia ventana.
Para más información visiten: Arch11
Vía: Guía para decorar
En el vestíbulo destaca el acristalamiento en rojo de la escalera, la amplitud y la entrada de luz por sus amplios ventanales. El escaso mobiliario utilizado, de tintes modernistas, no deja lugar a dudas sobre esta búsqueda de un espacio simple, dominado por el volumen, techos altos y paredes desnudas. Apenas se utilizan un par de colores; un detalle de color parece ser suficiente para cada habitación, pero con resultados espléndidos. En el diseño de interiores, en este caso, prima el uso de distintas texturas antes que el colorido. El detalle de la chimenea en el salón, por ejemplo, prácticamente escondida, resulta sublime.
En la cocina el blanco se materializa en muebles y alicatado. Resulta espaciosa, con pasillos largos que nos llevan de un lugar a otro y nos permiten cocinar a gusto. Se ha optado por unos muebles de acabado de madera que conjugan la claridad y oscuridad de su superficie de un modo muy interesante.
El cuarto de baño también destaca por su amplitud, desnudez y un único mueble que abarca casi toda una pared, elegante, práctico y bonito. La bañera, de corte modernista, permite disfrutar de espléndidos baños relajantes a la vez que el paisaje se muestra por una amplia ventana.
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Vía: Guía para decorar
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