Los griegos K-Studio son expertos en importar el ambiente de otros países al ámbito de la restauración. Bien sea recreando el patio de una clásica trattoria italiana en el centro de Atenas o, como en este caso, trasladando los puestos de comida callejeros de Beirut al interior de un restaurante. Fiel al espíritu original pero siempre con una visión contemporánea. Primero porque es su sello y luego porque este nuevo proyecto, Souk, está situado en Glyfada, la llamada Beverly Hills de Grecia.
Souk, sin embargo, no está pensando para los millonarios con gustos más clásicos que veranean en este suburbio costero de la capital griega. Abierto las 24 horas del día, está diseñado para que los clientes se adentren en un mercado de comida típicamente libanés y disfruten de los platos en mesas comunitarias.
Su estética, por tanto, es fresca, desenfadada, divertida y totalmente moderna. Su diseño ecléctico, además, lo convierte en un espacio abierto y social.
El local aprovecha las grandes dimensiones del bajo donde está situado y los pilares de hormigón que distribuyen la planta en forma de cuadricula. El espacio que queda entre ellos alberga diferentes puestos de comida donde los chefs, a semejanza de los quioscos auténticos, preparan el manaoushi, el saj o el taouk delante del cliente.
Un colorido mosaico de cerámica en el suelo – uno de los materiales preferidos de K-Studio – sirve de guía a los clientes dentro del mercado mientras que las paredes de pizarra al lado de los puestos cantan los platos del día.
El uso de madera contrachapada y acero en los puestos de comida añaden autenticidad al proyecto pues son del mismo material con el que están hechos los quioscos improvisados de Beirut.
El resto del local, por su parte, queda impregnado de la estética y el ambiente ecléctico de esta histórica ciudad a través de la decoración: los ya mencionados mosaicos, coloridos doseles en el techo, orificios con reminiscencias árabes en los tabiques y lámparas colgantes que recuerdan a las ollas de cerámica.
Por otra parte, el hormigón a la vista, las estructuras de metal y las líneas funcionales de las cocinas aportan el punto contemporáneo que busca el proyecto y que distingue al estudio.
También a través del mobiliario y los colores elegidos. Sillas, por supuesto, de diferentes estilos y una paleta que mezcla grises, amarillos y blancos, proporcionando un ambiente limpio y moderno.
Por último, las luces de neón, si bien buscan emular las bulliciosas calles libanesas proporcionan un efecto moderno al conjunto al presentarse en diferentes colores vibrantes.
Para más información visiten: K-Studio
Vía: diarioDESIGN
Souk, sin embargo, no está pensando para los millonarios con gustos más clásicos que veranean en este suburbio costero de la capital griega. Abierto las 24 horas del día, está diseñado para que los clientes se adentren en un mercado de comida típicamente libanés y disfruten de los platos en mesas comunitarias.
Su estética, por tanto, es fresca, desenfadada, divertida y totalmente moderna. Su diseño ecléctico, además, lo convierte en un espacio abierto y social.
El local aprovecha las grandes dimensiones del bajo donde está situado y los pilares de hormigón que distribuyen la planta en forma de cuadricula. El espacio que queda entre ellos alberga diferentes puestos de comida donde los chefs, a semejanza de los quioscos auténticos, preparan el manaoushi, el saj o el taouk delante del cliente.
Un colorido mosaico de cerámica en el suelo – uno de los materiales preferidos de K-Studio – sirve de guía a los clientes dentro del mercado mientras que las paredes de pizarra al lado de los puestos cantan los platos del día.
El uso de madera contrachapada y acero en los puestos de comida añaden autenticidad al proyecto pues son del mismo material con el que están hechos los quioscos improvisados de Beirut.
El resto del local, por su parte, queda impregnado de la estética y el ambiente ecléctico de esta histórica ciudad a través de la decoración: los ya mencionados mosaicos, coloridos doseles en el techo, orificios con reminiscencias árabes en los tabiques y lámparas colgantes que recuerdan a las ollas de cerámica.
Por otra parte, el hormigón a la vista, las estructuras de metal y las líneas funcionales de las cocinas aportan el punto contemporáneo que busca el proyecto y que distingue al estudio.
También a través del mobiliario y los colores elegidos. Sillas, por supuesto, de diferentes estilos y una paleta que mezcla grises, amarillos y blancos, proporcionando un ambiente limpio y moderno.
Por último, las luces de neón, si bien buscan emular las bulliciosas calles libanesas proporcionan un efecto moderno al conjunto al presentarse en diferentes colores vibrantes.
Para más información visiten: K-Studio
Vía: diarioDESIGN
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