domingo, 29 de enero de 2012

Un truco contra la suciedad en el empapelado


La parte inferior de las paredes siempre está en peligro de ensuciarse: cualquier movimiento raro y, sin que uno se dé cuenta, ha dejado una mancha. Con el fin de evitar que esto suceda, se pueden utilizar frisos de madera, que resulten más sencillos de limpiar que el papel. No hace falta que sean muy altos, apenas unos 10 o 15 centímetros pueden ser suficientes.


De todas maneras, algunos de los tipos de papel que se pueden utilizar para la pared permiten una fácil limpieza. En especial los papeles vinílicos, compuestos por una capa plástica sobre la base de papel; el vinilo tiene un índice muy bajo de absorción de agua, debido a que esta clase de empapelado permite pasar esponjas y trapos húmedos. Y también sus colores resisten muy bien la incidencia de la luz del sol.

También hay papeles vinilizados, sometidos a un tratamiento de barniz para que se parezcan a los vinílicos pero que no alcanzan su misma calidad. Estos se recomiendan para áreas de poco tránsito, como pasillos y escaleras, mientras que los anteriores pueden resultar más valiosos en salones y dormitorios.

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