A primera vista no parece que esta vivienda incorpore un claustro con 500 años de antigüedad, sin embargo desde minim parece que se aplicaron al máximo para conseguir este gran equilibrio entre la restauración del edificio, con elementos diseñados por el propio Antoni Gaudí y un interiorismo moderno y fresco capaz de hacer sentir como en casa a cualquiera.
Si nos guiamos por la fotografía vemos los arcos, pero claro, si no le dicen que está dentro de un claustro tampoco lo ve, y es entonces cuando vuelve a mirar.
Es en esta zona donde se ha montado una sala de estar junto a la zona de trabajo del propietario. Al fondo de la imagen ve un saliente de piedra suspendido en la pared, que corresponde a un antiguo lavadero situado dentro del claustro. Se ha optado por “cerrarlo” por la parte superior con un material similar para darle más volumen y añadirle un caño de agua.
El biombo que separa la sala de estar de la zona de trabajo es de la firma Extremis. Estos pequeños elementos verticales de plástico que dejan pasar la luz y al mismo tiempo ocultan la visión se han utilizado también frente a las ventanas de medio punto, de las cuales pueden ver las fotografías al final del artículo.
La glorieta es un pequeño espacio de unos seis metros cuadrados que fue diseñado por el prestigioso arquitecto modernista Antoni Gaudí para albergar el órgano de la antigua propietaria, la marquesa de Castelldosrius.
Las interioristas Elina Vilá y Agnès Blanch aplicaron su filosofía de trabajo con el máximo rigor y recuperaron y rehabilitaron cada uno de los elementos arquitectónicos originales. Es una restauración moderna y honesta con la historia.
Para más información visiten: minim
Vía: eclécticos
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