La semana pasada les dábamos algunas ideas a poner en práctica si estas fiestas quieren sorprender a sus invitados y convertirse en el anfitrión perfecto. En ese primer artículo les proponíamos algunas ideas a llevar a cabo antes de que sus invitados lleguen al lugar de la celebración, o durante los primeros minutos del evento. Hoy vamos a ir un poco más allá…
Si el almuerzo o la cena discurre en nuestra propia casa es probable que en algún momento tengamos que meternos en la cocina para dar un toque a algún plato o preparar una salsa de última hora. Piensae que estará vestido de acuerdo a la celebración y para evitar mancharse la ropa tendrá que utilizar un delantal. Tenga previsto este detalle y busque un delantal sobrio y elegante, carente de estampados, naranjas, limones, fresas, cocineros con gorritos y demás dibujitos que suelen aparecer en estas prendas.
Otra de las cosas que debe cuidar es la iluminación de la estancia en la que se esté llevando a cabo la celebración. Si bien es cierto que en los almuerzos deben estar bien iluminados, la cosa cambia cuando se trata de una cena. Las personas tienden a prepararse más, a maquillarse, las joyas se hacen más visibles y el ambiente general suele ser más sofisticado… en estos casos un exceso de luz puede intimidar a las personas y hacer que se sientan incómodas.
Para evitarlo juegue con las luces. Evite usar lámparas de techo que iluminen la estancia de forma global, y opte por luces indirectas que rodeen la mesa, y si es posible utilice velas.
En este caso, recuerde que las velas deberán estar encendidas en el momento que los invitados lleguen al lugar de la fiesta. No hace falta que las enciende con mucha antelación porque se pueden consumir en exceso, basta con que lo haga un par de minutos antes, para que se queme la parte superior.
Cuide los detalles al máximo. Un alimento puede estar delicioso, pero si la apariencia no nos invita a probarlo no servirá de nada. La presentación de los platos es importantísima, casi tanto como el sabor.
Busque fuentes y platos originales y coloque sobre ellos los alimentos de una forma estudiada, que llame la atención de sus invitados.
“Comemos con los ojos”, esa es una frase muy repetida durante las fiestas, nos llevamos a la boca aquello que nos llama la atención con la vista.
Cuide la mantelería. Busque un mantel que cubra la mesa de forma holgada, puede ser liso o estampado, pero en cualquiera de los casos busque que los colores o los motivos estén en consonancia con la celebración y en armonía con el resto de accesorios que colocará sobre la mesa.
Cuando acabe la celebración y para que sus invitados se vayan con un buen recuerdo de la cita, obséquieles con un pequeño detalle. Puede ser un dulce o un recuerdo, pero en cualquier caso prepárelo con esmero y decórelo como si se tratara de un gran obsequio, y como tal lo tomarán ellos.
Teniendo en cuenta todos estos detalles, sin lugar a dudas su celebración estará a la altura de las fiestas, sus invitados se irán encantados y usted se habrá convertido en el anfitrión perfecto.
Vía: Reformas Zirma
Si el almuerzo o la cena discurre en nuestra propia casa es probable que en algún momento tengamos que meternos en la cocina para dar un toque a algún plato o preparar una salsa de última hora. Piensae que estará vestido de acuerdo a la celebración y para evitar mancharse la ropa tendrá que utilizar un delantal. Tenga previsto este detalle y busque un delantal sobrio y elegante, carente de estampados, naranjas, limones, fresas, cocineros con gorritos y demás dibujitos que suelen aparecer en estas prendas.
Otra de las cosas que debe cuidar es la iluminación de la estancia en la que se esté llevando a cabo la celebración. Si bien es cierto que en los almuerzos deben estar bien iluminados, la cosa cambia cuando se trata de una cena. Las personas tienden a prepararse más, a maquillarse, las joyas se hacen más visibles y el ambiente general suele ser más sofisticado… en estos casos un exceso de luz puede intimidar a las personas y hacer que se sientan incómodas.
Para evitarlo juegue con las luces. Evite usar lámparas de techo que iluminen la estancia de forma global, y opte por luces indirectas que rodeen la mesa, y si es posible utilice velas.
En este caso, recuerde que las velas deberán estar encendidas en el momento que los invitados lleguen al lugar de la fiesta. No hace falta que las enciende con mucha antelación porque se pueden consumir en exceso, basta con que lo haga un par de minutos antes, para que se queme la parte superior.
Cuide los detalles al máximo. Un alimento puede estar delicioso, pero si la apariencia no nos invita a probarlo no servirá de nada. La presentación de los platos es importantísima, casi tanto como el sabor.
Busque fuentes y platos originales y coloque sobre ellos los alimentos de una forma estudiada, que llame la atención de sus invitados.
“Comemos con los ojos”, esa es una frase muy repetida durante las fiestas, nos llevamos a la boca aquello que nos llama la atención con la vista.
Cuide la mantelería. Busque un mantel que cubra la mesa de forma holgada, puede ser liso o estampado, pero en cualquiera de los casos busque que los colores o los motivos estén en consonancia con la celebración y en armonía con el resto de accesorios que colocará sobre la mesa.
Cuando acabe la celebración y para que sus invitados se vayan con un buen recuerdo de la cita, obséquieles con un pequeño detalle. Puede ser un dulce o un recuerdo, pero en cualquier caso prepárelo con esmero y decórelo como si se tratara de un gran obsequio, y como tal lo tomarán ellos.
Teniendo en cuenta todos estos detalles, sin lugar a dudas su celebración estará a la altura de las fiestas, sus invitados se irán encantados y usted se habrá convertido en el anfitrión perfecto.
Vía: Reformas Zirma
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