¿Está pensando en darle un nuevo aire a su nuevo hogar? ¿Se ha comprado una vivienda nueva y quiere sacarle el máximo partido posible? ¿ Va a montar su empresa y quiere que la decoración sea perfecta?. Contratar a un decorador puede ser una gran opción, y aunque piense que es un gasto innecesario, en realidad es una buena inversión que se compensa ampliamente con el disfrute de una casa con un gran ambiente.
El decorador está capacitado para diseñar proyectos que no afecten a los elementos estructurales de la vivienda, fachadas o zonas comunes. Su formación incluye aspectos como el interiorismo, iluminación, creación de ambientes, clases de materiales, teoría del color, coordinación de gremios o planificación de espacios, poniendo así en juego todos los detalles que quien no tiene amplios conocimientos en la materia no tiene en cuenta a la hora de decorar un espacio. Además, gracias a los programas informáticos que manejan, podrá ver varias opciones para elegir la más adecuada.
Hay que tener en cuenta también que la perspectiva de una persona ajena siempre es más objetiva, especialmente si se trata de alguien que está al tanto de todas las opciones y recursos que están disponibles en el mercado. Aunque su hogar tenga el ambiente más agradable termina haciéndose tedioso con el paso de los años, pero un buen decorador puede planificar las estancias de manera que sea posible combinar mobiliario e introducir pequeños cambios que suponen una renovación sensible.
Siempre es acertado contar con los servicios de un profesional para modelar los espacios según sus apetencias, pero si el presupuesto que maneja no le permite contratar a un decorador, puede optar por pedir asesoramiento en la tienda de decoración donde vaya a adquirir el mobiliario, ya que hoy en día este tipo de comercios dispone de diseñadores de interior en la plantilla y le asesorarán sin ningún problema sobre qué es lo mejor que le conviene a su hogar, además de decirle si lo que usted quiere para el mismo es o no viable o recomendable.
Vía: Decorablog
El decorador está capacitado para diseñar proyectos que no afecten a los elementos estructurales de la vivienda, fachadas o zonas comunes. Su formación incluye aspectos como el interiorismo, iluminación, creación de ambientes, clases de materiales, teoría del color, coordinación de gremios o planificación de espacios, poniendo así en juego todos los detalles que quien no tiene amplios conocimientos en la materia no tiene en cuenta a la hora de decorar un espacio. Además, gracias a los programas informáticos que manejan, podrá ver varias opciones para elegir la más adecuada.
Hay que tener en cuenta también que la perspectiva de una persona ajena siempre es más objetiva, especialmente si se trata de alguien que está al tanto de todas las opciones y recursos que están disponibles en el mercado. Aunque su hogar tenga el ambiente más agradable termina haciéndose tedioso con el paso de los años, pero un buen decorador puede planificar las estancias de manera que sea posible combinar mobiliario e introducir pequeños cambios que suponen una renovación sensible.
Siempre es acertado contar con los servicios de un profesional para modelar los espacios según sus apetencias, pero si el presupuesto que maneja no le permite contratar a un decorador, puede optar por pedir asesoramiento en la tienda de decoración donde vaya a adquirir el mobiliario, ya que hoy en día este tipo de comercios dispone de diseñadores de interior en la plantilla y le asesorarán sin ningún problema sobre qué es lo mejor que le conviene a su hogar, además de decirle si lo que usted quiere para el mismo es o no viable o recomendable.
Vía: Decorablog
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