Los propietarios pidieron que hubiera un espacio de trabajo para sus socios comerciales de Japón, además de las habituales salas de conferencias. Además, se necesitaba que las salas de conferencias y espacio de trabajo estén libre de ruido de otras habitaciones, y que no se pueda ver una sala desde cualquiera de las otras.
Si los espacios se dividían con paneles de vidrio translúcido, los 86 m2 de espacio disponible podían sentirse muy estrechos, por lo que se propuso la utilización de unos espejos hechos de cristal transparente con diversos patrones de bandas de espejos. Así, al mirar a través de estas pantallas, se pueden ver secciones de vista hacia otras salas y secciones de reflejo del mismo lugar donde se está mirando, alternadas en una misma superficie plana.
Además, las caras posteriores de los espejos están pintadas del mismo color blanco que los muros, generando un efecto que permite ver a la gente en la sala de conferencias a través del vidrio pero entre un patrón de franjas blancas.
Si los espacios se dividían con paneles de vidrio translúcido, los 86 m2 de espacio disponible podían sentirse muy estrechos, por lo que se propuso la utilización de unos espejos hechos de cristal transparente con diversos patrones de bandas de espejos. Así, al mirar a través de estas pantallas, se pueden ver secciones de vista hacia otras salas y secciones de reflejo del mismo lugar donde se está mirando, alternadas en una misma superficie plana.
Además, las caras posteriores de los espejos están pintadas del mismo color blanco que los muros, generando un efecto que permite ver a la gente en la sala de conferencias a través del vidrio pero entre un patrón de franjas blancas.
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