Hotel SAS de Copenhague

Este proyecto para el edificio de las oficinas SAS y el hotel Royal comienza en 1956, el programa nace de la necesidad de concentrar en un mismo complejo, una terminal aérea, un hotel y una agencia de viajes, ya que sus necesidades se complementan. El ayuntamiento de la ciudad exigió que se aprovechara al máximo el potencial que ofrecía el emplazamiento.



El lugar del emplazamiento ya había sido escogido previamente al proyecto. Este ocupa un lugar central en la ciudad de Copenhague debido a la cantidad de usos que se concentran en el edificio.


Se propuso la cubrición de parte de la vía férrea para conseguir un área de aparcamiento y una buena accesibilidad de vehículos desde el aeropuerto, además la situación central del emplazamiento seria un aspecto favorable para el hotel ya que podría establecer una buena oferta a pesar del problema del tránsito.

En la memoria descriptiva Jacobsen se refiere fundamentalmente a dos motivos.

El primero de ellos responde a las exigencias del ayuntamiento sobre el aprovechamiento del potencial del emplazamiento por lo que no hubo otra posibilidad de completar los 70 Mts. de altura que permitían las ordenanzas.

El segundo que un edificio de altura era el único recurso posible para un hotel situado en un lugar tan ruidoso.

La solución final debía ser ligera para equilibrar la nueva masa construida que podría resultar extraña en el entorno inmediato.

Respecto al deseo de tener la mayor superficie posible para ubicar en las plantas bajas y primera la terminal aérea y la agencia de viajes, se decide combinar un edificio bajo, con estas dos plantas, y un edificio en altura para las habitaciones. Los espacios del edificio bajo son de doble o triple altura, muy luminosos y con poca carga en lo que respecta a la decoración.

En lo que respecta al edificio en altura en donde se encuentran las habitaciones se recurrió a un panel gris-verdoso dividido verticalmente por montantes de aluminio anodizado para las fachadas. El color del vidrio hace referencia al cielo y a las nubes. Para Jacobsen unos colores más vivos quizás hubieran dado más vida al edificio pero hubieran producido un efecto llamativo que el arquitecto quería eludir. El alto y ligero bloque necesitaba una base pesada, por lo cual se recurrió a unos paneles de un color gris-verdoso más oscuro para los bloques bajos en donde se encuentran el lobby del hotel, oficinas, terminal y agencia de viajes.