Hugo Alvar Henrik Aalto, internacionalmente conocido como Alvar Aalto (Kuortane, Finlandia, 3 de febrero de 1898 - Helsinki, Finlandia, 11 de mayo de 1976), fue un importante arquitecto y diseñador finlandés. Formó parte del Movimiento Moderno y participó en los CIAM (Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna). Ha sido el único arquitecto de la Segunda generación del Movimiento Moderno reconocido como "maestro", equiparándose así a los grandes maestros del Período heroico del Movimiento Moderno Le Corbusier, Mies van der Rohe y Gropius. En su honor se concede cada cinco años el Premio Medalla Alvar Aalto.
Aalto nació en Kuortane, en el seno de una familia de cultura occidental clásica. Su padre, Johan Henrik Aalto, quien realizaba proyectos medioambientales, le puso en contacto con la protección finlandesa para con la naturaleza. Su madre, Selma Mathilda Hackstedt, era profesora.
Estudió bachiller en Jyväskylä y arquitectura en lo que hoy es la Universidad Politécnica de Helsinki, donde algunos profesores, y en especial Armas Eliel Lindgren, pertenecían al Nacionalismo romántico, movimiento artístico que buscaba en las raíces históricas e identitarias de Finlandia para ensalzarla. En 1917 se alistó en la Guerra de Independencia de Finlandia, concluida en 1918. Después de graduarse en 1921 realizó un dilatado viaje de estudios por el norte de Europa. En 1923 abrió su propio estudio de arquitectura en Jyväskylä. En 1925 contrajo matrimonio con Aino Marsio, arquitecta que colaboró en varios de sus proyectos. Los dos juntos viajaron por Europa Central e Italia. Durante esa década participó del pensamiento de varias vanguardias, especialmente de la Bauhaus, y estableció contactos con artistas y críticos, entre los que destacó Laszlo Moholy-Nagy. En 1928 fue nombrado miembro de los CIAM, los congresos más importantes de la arquitectura moderna, en los que participaban arquitectos de la categoría de Le Corbusier y Sert. también colaboró un tiempo con Erik Briggman, quien los instó a adoptar una modernidad más pura y funcionalista, enfrentándolo al clasicismo nórdico de sus primeras obras.
En 1927 se trasladó primero a Turku y luego a Helsinki en 1933, siendo ya un arquitecto de cierta reputación. La exposición de muebles en Londres de ese año, organizada por P. Shand, fue la primera de las muchas exposiciones internacionales de su obra, como la del MOMA en 1938. En 1935 su Aino Marsio, Alvar Aalto y Marie Gullichsen fundaron la empresa Artek, dedicada a la producción en serie de los diseños de la pareja de arquitectos. Para ella diseñó la primera silla apoyada en una estructura de madera autorportante, que fue patentada. Una de sus piezas clásicas de la producción empresarial es el jarrón Aalto, también llamado Savoy.
Trabajó durante unos años en el extranjero, volviendo a Finlandia en 1940, acabada la Primera guerra ruso-finlandesa. Uno de los sitios donde residió fue Estados Unidos, donde fue nombrado profesor de arquitectura en el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT por sus siglas en inglés) de Boston.
En 1942 se le eligió presidente de la Asociación de Arquitectos Finlandeses. Concluida la Segunda guerra ruso-finlandesa en 1944 realizó varios proyectos urbanísticos una vez nombrado jefe de la oficina estatal establecida para la reconstrucción del país. Durante la Segunda Guerra Mundial entró en contacto con el Clasicismo Nazi de la mano de su principal representante, Albert Speer. Entre 1946 y 1948 vivió en Estados Unidos, subsistiendo como arquitecto y profesor. Entonces conoció a Frank Lloyd Wright.
En 1949 su Aino Marsio falleció y en 1952 se casó con Elissa Mäkiniemi, al igual que Aino arquitecta y colaboradora, quien dirigió la construcción de los proyectos inconclusos a su muerte acaecida el 11 de mayo de 1976 en Helsinki.
El propio Aalto teorizó sobre su método de proyecto en el artículo La trucha y el río (1947); en él escribió que primero analizaba todos los requisitos del proyecto y entonces, los dejaba de lado para abocetar ideas con trazos sencillos, hasta encontrar aquel dibujo que solucionase todos los condicionantes de partida de manera satisfactoria. Para Aalto la experimentación de las ideas no concluía hasta que el proyecto estaba construido, poniéndose de relieve sus aciertos y defectos; los proyectos, al no considerarse terminados sobre el papel, sufrían modificaciones durante las puestas en obra.
Aalto se empapó de la arquitectura moderna e internacionalizadora pero, al igual que otros arquitectos de la segunda generación, buscó la manera de agregar las variables de cada territorio y cultura. Pensaba en las relaciones de las piezas por sí mismas y en aras de un todo que atendía a cultura, sociedad y emplazamiento, extendiendo el razonamiento a los propios materiales. Esto partía en Aalto, según se desprende de sus escritos de la preocupación por la humanización de la arquitectura, en la que se entiende como propuesta cultural que responda a una sociedad concreta y no sólo como algo funcional y técnico; la manera de conseguirlo era proyectando espacios que fueran simultáneamente funcionales y ergonómicos, lo que terminó desembocando en la adopción de una arquitectura orgánica.
Por otro, para Aalto la pintura y la arquitectura se habían influenciado mutuamente, así como pensaba que las artes compartían orígenes y procesos. En este sentido, se vio influido por los pintores Paul Cézanne y Fernand Léger, de quien fue amigo.
En 1929 Aalto fue invitado a participar como como miembro numerario del CIAM II en Fráncfort del Meno (Alemania). En el CIAM III (1930), dedicado al estudio de la vivienda, expone prototipos de viviendas estandarizadas. Después pierde el interés por el funcionalismo puro y lo gana por la modernidad expresionista y la arquitectura orgánica, demostrando admiración por arquitecturas como las de Frank Lloyd Wright. Influenciado por la arquitectura de corte nacional de su país. Alvar Aalto participó activamente en los CIAM defendiendo una postura humanizadora y criticando el funcionalismo convertido en formalismo. Su propia arquitectura se distorsiona para poder responder a los condicionantes particulares de cada proyecto con elegancia y genialidad. Así mismo se enfrentó con la estética maquinista, fría y alejada de la gente, tanto en la arquitectura como en los muebles y otros objetos. A raíz de este interés estudió con Aino la flexibilidad de la madera laminada como material cálido, para la producción en serie de objetos cotidianos construidos con ella.
Su postura en los CIAM, representada por sus propios proyectos, criticó en definitiva la concepción moderna a lo Estilo Internacional, destacando la dualidad ciencia-arte de la arquitectura y respetando la aportación de la psicología.
"La arquitectura no es una ciencia. Sigue siendo el gran proceso sintético de la combinación de miles de funciones humanas definidas (...). El funcionalismo es correcto, sólo si puede ampliarse hasta abarcar incluso el campo psicofísico". Alvar Aalto.
Aalto nació en Kuortane, en el seno de una familia de cultura occidental clásica. Su padre, Johan Henrik Aalto, quien realizaba proyectos medioambientales, le puso en contacto con la protección finlandesa para con la naturaleza. Su madre, Selma Mathilda Hackstedt, era profesora.
Estudió bachiller en Jyväskylä y arquitectura en lo que hoy es la Universidad Politécnica de Helsinki, donde algunos profesores, y en especial Armas Eliel Lindgren, pertenecían al Nacionalismo romántico, movimiento artístico que buscaba en las raíces históricas e identitarias de Finlandia para ensalzarla. En 1917 se alistó en la Guerra de Independencia de Finlandia, concluida en 1918. Después de graduarse en 1921 realizó un dilatado viaje de estudios por el norte de Europa. En 1923 abrió su propio estudio de arquitectura en Jyväskylä. En 1925 contrajo matrimonio con Aino Marsio, arquitecta que colaboró en varios de sus proyectos. Los dos juntos viajaron por Europa Central e Italia. Durante esa década participó del pensamiento de varias vanguardias, especialmente de la Bauhaus, y estableció contactos con artistas y críticos, entre los que destacó Laszlo Moholy-Nagy. En 1928 fue nombrado miembro de los CIAM, los congresos más importantes de la arquitectura moderna, en los que participaban arquitectos de la categoría de Le Corbusier y Sert. también colaboró un tiempo con Erik Briggman, quien los instó a adoptar una modernidad más pura y funcionalista, enfrentándolo al clasicismo nórdico de sus primeras obras.
En 1927 se trasladó primero a Turku y luego a Helsinki en 1933, siendo ya un arquitecto de cierta reputación. La exposición de muebles en Londres de ese año, organizada por P. Shand, fue la primera de las muchas exposiciones internacionales de su obra, como la del MOMA en 1938. En 1935 su Aino Marsio, Alvar Aalto y Marie Gullichsen fundaron la empresa Artek, dedicada a la producción en serie de los diseños de la pareja de arquitectos. Para ella diseñó la primera silla apoyada en una estructura de madera autorportante, que fue patentada. Una de sus piezas clásicas de la producción empresarial es el jarrón Aalto, también llamado Savoy.
Trabajó durante unos años en el extranjero, volviendo a Finlandia en 1940, acabada la Primera guerra ruso-finlandesa. Uno de los sitios donde residió fue Estados Unidos, donde fue nombrado profesor de arquitectura en el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT por sus siglas en inglés) de Boston.
En 1942 se le eligió presidente de la Asociación de Arquitectos Finlandeses. Concluida la Segunda guerra ruso-finlandesa en 1944 realizó varios proyectos urbanísticos una vez nombrado jefe de la oficina estatal establecida para la reconstrucción del país. Durante la Segunda Guerra Mundial entró en contacto con el Clasicismo Nazi de la mano de su principal representante, Albert Speer. Entre 1946 y 1948 vivió en Estados Unidos, subsistiendo como arquitecto y profesor. Entonces conoció a Frank Lloyd Wright.
En 1949 su Aino Marsio falleció y en 1952 se casó con Elissa Mäkiniemi, al igual que Aino arquitecta y colaboradora, quien dirigió la construcción de los proyectos inconclusos a su muerte acaecida el 11 de mayo de 1976 en Helsinki.
El propio Aalto teorizó sobre su método de proyecto en el artículo La trucha y el río (1947); en él escribió que primero analizaba todos los requisitos del proyecto y entonces, los dejaba de lado para abocetar ideas con trazos sencillos, hasta encontrar aquel dibujo que solucionase todos los condicionantes de partida de manera satisfactoria. Para Aalto la experimentación de las ideas no concluía hasta que el proyecto estaba construido, poniéndose de relieve sus aciertos y defectos; los proyectos, al no considerarse terminados sobre el papel, sufrían modificaciones durante las puestas en obra.
Aalto se empapó de la arquitectura moderna e internacionalizadora pero, al igual que otros arquitectos de la segunda generación, buscó la manera de agregar las variables de cada territorio y cultura. Pensaba en las relaciones de las piezas por sí mismas y en aras de un todo que atendía a cultura, sociedad y emplazamiento, extendiendo el razonamiento a los propios materiales. Esto partía en Aalto, según se desprende de sus escritos de la preocupación por la humanización de la arquitectura, en la que se entiende como propuesta cultural que responda a una sociedad concreta y no sólo como algo funcional y técnico; la manera de conseguirlo era proyectando espacios que fueran simultáneamente funcionales y ergonómicos, lo que terminó desembocando en la adopción de una arquitectura orgánica.
Por otro, para Aalto la pintura y la arquitectura se habían influenciado mutuamente, así como pensaba que las artes compartían orígenes y procesos. En este sentido, se vio influido por los pintores Paul Cézanne y Fernand Léger, de quien fue amigo.
En 1929 Aalto fue invitado a participar como como miembro numerario del CIAM II en Fráncfort del Meno (Alemania). En el CIAM III (1930), dedicado al estudio de la vivienda, expone prototipos de viviendas estandarizadas. Después pierde el interés por el funcionalismo puro y lo gana por la modernidad expresionista y la arquitectura orgánica, demostrando admiración por arquitecturas como las de Frank Lloyd Wright. Influenciado por la arquitectura de corte nacional de su país. Alvar Aalto participó activamente en los CIAM defendiendo una postura humanizadora y criticando el funcionalismo convertido en formalismo. Su propia arquitectura se distorsiona para poder responder a los condicionantes particulares de cada proyecto con elegancia y genialidad. Así mismo se enfrentó con la estética maquinista, fría y alejada de la gente, tanto en la arquitectura como en los muebles y otros objetos. A raíz de este interés estudió con Aino la flexibilidad de la madera laminada como material cálido, para la producción en serie de objetos cotidianos construidos con ella.
Su postura en los CIAM, representada por sus propios proyectos, criticó en definitiva la concepción moderna a lo Estilo Internacional, destacando la dualidad ciencia-arte de la arquitectura y respetando la aportación de la psicología.
"La arquitectura no es una ciencia. Sigue siendo el gran proceso sintético de la combinación de miles de funciones humanas definidas (...). El funcionalismo es correcto, sólo si puede ampliarse hasta abarcar incluso el campo psicofísico". Alvar Aalto.
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