domingo, 8 de marzo de 2020

Persianas alicantinas

Una cuerda las enrolla o desenrolla y ya está. Así de simple. Las persianas alicantinas están de actualidad, y no solo por su sencillo mecanismo. Diseñadores y arquitectos contemporáneos las están sacando de su ambiente rústico, transformándolas en imprescindibles también en la ciudad y en los espacios de trabajo. Motivos hay de sobra: regulan la luz del sol, proyectan sombra en puertas y ventanas, dejan pasar el aire, repelen la lluvia y aguantan la intemperie. Además, encajan en todos los estilos.
1. ¿Para qué sirve una persiana alicantina?

Las persianas alicantinas son enrollables, generalmente de madera, y se han utilizado desde siempre para proteger los interiores de la luz y dar intimidad, sin impedir el paso del aire. Aunque se tiene conocimiento de que los egipcios ya se protegían del sol con cañas unidas con cuerdas, las persianas alicantinas nacieron –sí, en Alicante– como cortinas de palillos hechas con pequeños trozos de sarmientos de vid recién podados, para protegerse del sol y de las moscas. De hecho, se patentaron en 1916 a través del empresario Vicente Barceló Santonja como “cortinas orientales realizadas de sarmiento de vid”.
De la vid a la madera y de ahí al plástico, porque las persianas alicantinas se han ido adaptando a nuevos materiales como el PVC que aporta más durabilidad.
La estructura de la persiana alicantina, al margen del material, es siempre la misma: consiste en un engranaje de lamas mediante su ensamblado lateral de grapas de acero galvanizado. Su cuerpo es recorrido por un cordón que pasa por un orificio superior con una polea que puede ser de plástico o metálica y al tirar de dicho cordón se produce el enrollamiento de recogida sobre sí misma o su extensión. Tanto en un movimiento como en otro, se puede controlar su posición gracias al freno de retención ubicado en la polea –este sistema dinámico de enrollamiento nació en el siglo XVIII en Inglaterra.

2. ¿Cómo se mide la ventana para encargar una persiana alicantina?

Para colocar unas persianas alicantinas en casa no se necesita la ayuda de un profesional: la persiana lleva en el lomo superior dos hembrillas o anillas cerradas que van colgadas en las dos abiertas que se colocan en el hueco de la ventana.

La clave para que funcione correctamente es que haya una holgura suficiente para poder ser enrollada y desenrollada sin dificultad. Pasos para conseguirlo (en la imagen):

Primer paso: medir el ancho del hueco (medida X) y restarle 2 cm. Anotamos el ancho resultante (X), que resultará ser el ancho de nuestra persiana.
Segundo paso: después mediremos el alto (medida Y) y le restaremos 3cm. En esta ocasión, medimos un centímetro más porque debemos tener en cuenta los puntos de colgadura –los cáncamos abiertos o hembrillas que aplicaremos al techo del hueco y los cerrados del lomo superior de la persiana. Anotamos el alto resultante (Y) que resultará ser el alto de nuestra persiana.

3. ¿Qué tipos de persianas alicantinas hay?

Para personalizarlas hay que elegir un material para las lamas y optar entre polea metálica o de plástico.

Persianas alicantinas de plástico PVC: las lamas son ensambladas pero no se rellenan con espuma de poliuretano, se quedan huecas; de ahí que sean tan ligeras y fáciles de manejar. Hay en el mercado una amplia gama para elegir lamas con aspecto de nogal, madera, marfil, etc., además de colores.
Persianas alicantinas de madera: las de siempre, perfectas para integrarse en la estética vintage, rústica y mediterránea. Acabado natural –que puede serigrafiar con tatuado industrial–, pintado o barnizado.

4. ¿Dónde se puede colocar una persiana alicantina?

Como se hacen a medida a partir de 1 metro de longitud, además de en ventanas y puertas, las persianas alicantinas pueden servir para dar sombra y ventilar espacios exteriores como las terrazas. Una solución muy decorativa… ¡además de efectiva!

Vía: houzz

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