Liderando en la protección contra el fuego, Europa ha desarrollado estándares muy completos, incorporando soluciones y productos que en otros países ni siquiera aparecen nombrados. Sus especificaciones hacen especial énfasis en que la respuesta ante el fuego debe plantearse como una solución integral, y que el vidrio por si solo podría no ser efectivo si no se acompaña por un marco adecuado con el que trabaje de manera conjunta. En cuanto al vidrio, se especifican principalmente dos tipos de productos:
Vidrio Parallamas
En el caso de un incendio, el vidrio parallamas detiene la propagación de las llamas hacia los espacios contiguos, impidiendo el paso del humo y los gases tóxicos que surgen de la quema de materiales, muebles y objetos. El humo y su toxicidad es la principal causa de muerte en un incendio; por ejemplo, la quema de maderas y PVC genera monóxido de carbono, mientras que la combustión de plásticos, resinas y nylon, libera cianuro, dos de los agentes tóxicos más peligrosos para los seres humanos.
Para entregar la seguridad necesaria, el vidrio parallamas debe mantener su integridad ojalá hasta los 120 minutos, soportando así la temperatura que va subiendo en el otro lado. Su transparencia tampoco se debe perder completamente, asegurando un cierto nivel de visibilidad en caso de evacuación.
Vidrio Cortafuego
El vidrio cortafuego no sólo debe cumplir todas las funciones del vidrio parallamas, sino que además debe impedir casi en su totalidad el paso de temperatura al espacio contiguo, funcionando como una barrera que absorba el calor que se está generando en el otro lado, e impidiendo su propagación. En el caso de una evacuación a oscuras, las personas incluso podrían apoyarse en el vidrio y no quemarse, escapando efectivamente. Su composición incluye una capa protectora transparente con propiedades intumescentes, que forma un escudo antitérmico al enfrentarse a una temperatura superior a los 100ºC. Mientras más capas incluya, mayor es su tiempo de resistencia.
Para testearlo, el conjunto de vidrio + marco es expuesta a 1200 grados de temperatura, en un ensayo donde además de la integridad y temperatura, se analizan aspectos como la emisión de gases inflamables o fugas de humo. El elemento ensayado debe mantenerse íntegro y no transmitir el calor del lado contrario por 30, 60, 90, o 120 minutos, para conseguir la clasificación F30, F60, F90, o F120, respectivamente.
¿Qué se debe tener en cuenta al especificar?
Lo más importante es definir si el cristal debe ser cortafuego o parallamas, según los parámetros expuestos anteriormente. Sin embargo, existen una serie de puntos relevantes que deben considerarse:
Conocer el requerimiento de protección al fuego. Se debe estudiar el proyecto, la posición del paño de vidrio, la carga combustible del edificio, y factores como la operación, el tiempo y las rutas de evacuación, entre otros aspectos relacionados.
Entender si el elemento vidriado cumple alguna función adicional. Normalmente, los elementos resistentes al fuego no sólo aíslan del fuego, sino que cumplen con funciones como permitir el acceso y evacuación a los edificios, pudiéndose incluso bloquear o abrir remotamente. Todas estas funciones y características especiales podrían condicionar el diseño del elemento.
Conocer la ubicación del vidrio. Los vidrios ubicados al exterior, o que pueden recibir radiación solar, deben protegerse para evitar que la radiación UV pueda deteriorarlos con el tiempo. Para esto, se utilizan variantes del mismo vidrio con filtros UV.
Integrar los elementos parallamas y cortafuegos en la arquitectura. El alto grado de sofisticación técnica de los vidrios y carpinterías resistentes al fuego, permite que los elementos se integren perfectamente en los proyectos actuales. La estética, dimensiones, formas y quincallerías son idénticas a las que se ocupan en elementos vidriados 'no protegidos', resultando invisibles para el usuario pero igualmente efectivas.
Como mencionamos previamente, cualquier solución escogida debe incorporar marcos que apoyen la resistencia entregada por el vidrio. No es efectivo elegir un vidrio muy resistente si es que sus marcos perderán su integridad rápidamente; el paño completo podría caer aunque el vidrio se mantenga intacto. Frente a un incendio, el sistema completo debe comportarse de manera integral, y apoyarse mutuamente.
Además, los elementos vidriados resistentes al fuego también tienen que ser operativos, resistentes y funcionales en el día a día. Es probable que una puerta de fuego vidriada no tenga que contener un incendio durante toda su vida útil, sin embargo, podría llegar a abrirse más de 30 veces en un sólo día. Los perfiles de acero de alta rigidez son un excelente aliado para todos estos efectos.
Vidrio Parallamas
En el caso de un incendio, el vidrio parallamas detiene la propagación de las llamas hacia los espacios contiguos, impidiendo el paso del humo y los gases tóxicos que surgen de la quema de materiales, muebles y objetos. El humo y su toxicidad es la principal causa de muerte en un incendio; por ejemplo, la quema de maderas y PVC genera monóxido de carbono, mientras que la combustión de plásticos, resinas y nylon, libera cianuro, dos de los agentes tóxicos más peligrosos para los seres humanos.
Para entregar la seguridad necesaria, el vidrio parallamas debe mantener su integridad ojalá hasta los 120 minutos, soportando así la temperatura que va subiendo en el otro lado. Su transparencia tampoco se debe perder completamente, asegurando un cierto nivel de visibilidad en caso de evacuación.
Sin embargo, este tipo de vidrio deja pasar un alto porcentaje de calor, por lo que debe utilizarse en zonas en las que ese aumento no signifique un real peligro para sus ocupantes. Aunque su precio todavía es asequible, y es una opción viable entre el vidrio cortafuego y el vidrio sin ningún tipo de protección, es necesario considerar que su temperatura aumentará con el paso de los minutos, y que puede ser peligroso en caso de una evacuación a oscuras.
Vidrio Cortafuego
El vidrio cortafuego no sólo debe cumplir todas las funciones del vidrio parallamas, sino que además debe impedir casi en su totalidad el paso de temperatura al espacio contiguo, funcionando como una barrera que absorba el calor que se está generando en el otro lado, e impidiendo su propagación. En el caso de una evacuación a oscuras, las personas incluso podrían apoyarse en el vidrio y no quemarse, escapando efectivamente. Su composición incluye una capa protectora transparente con propiedades intumescentes, que forma un escudo antitérmico al enfrentarse a una temperatura superior a los 100ºC. Mientras más capas incluya, mayor es su tiempo de resistencia.
Para testearlo, el conjunto de vidrio + marco es expuesta a 1200 grados de temperatura, en un ensayo donde además de la integridad y temperatura, se analizan aspectos como la emisión de gases inflamables o fugas de humo. El elemento ensayado debe mantenerse íntegro y no transmitir el calor del lado contrario por 30, 60, 90, o 120 minutos, para conseguir la clasificación F30, F60, F90, o F120, respectivamente.
¿Qué se debe tener en cuenta al especificar?
Lo más importante es definir si el cristal debe ser cortafuego o parallamas, según los parámetros expuestos anteriormente. Sin embargo, existen una serie de puntos relevantes que deben considerarse:
Conocer el requerimiento de protección al fuego. Se debe estudiar el proyecto, la posición del paño de vidrio, la carga combustible del edificio, y factores como la operación, el tiempo y las rutas de evacuación, entre otros aspectos relacionados.
Entender si el elemento vidriado cumple alguna función adicional. Normalmente, los elementos resistentes al fuego no sólo aíslan del fuego, sino que cumplen con funciones como permitir el acceso y evacuación a los edificios, pudiéndose incluso bloquear o abrir remotamente. Todas estas funciones y características especiales podrían condicionar el diseño del elemento.
Conocer la ubicación del vidrio. Los vidrios ubicados al exterior, o que pueden recibir radiación solar, deben protegerse para evitar que la radiación UV pueda deteriorarlos con el tiempo. Para esto, se utilizan variantes del mismo vidrio con filtros UV.
Integrar los elementos parallamas y cortafuegos en la arquitectura. El alto grado de sofisticación técnica de los vidrios y carpinterías resistentes al fuego, permite que los elementos se integren perfectamente en los proyectos actuales. La estética, dimensiones, formas y quincallerías son idénticas a las que se ocupan en elementos vidriados 'no protegidos', resultando invisibles para el usuario pero igualmente efectivas.
Como mencionamos previamente, cualquier solución escogida debe incorporar marcos que apoyen la resistencia entregada por el vidrio. No es efectivo elegir un vidrio muy resistente si es que sus marcos perderán su integridad rápidamente; el paño completo podría caer aunque el vidrio se mantenga intacto. Frente a un incendio, el sistema completo debe comportarse de manera integral, y apoyarse mutuamente.
Además, los elementos vidriados resistentes al fuego también tienen que ser operativos, resistentes y funcionales en el día a día. Es probable que una puerta de fuego vidriada no tenga que contener un incendio durante toda su vida útil, sin embargo, podría llegar a abrirse más de 30 veces en un sólo día. Los perfiles de acero de alta rigidez son un excelente aliado para todos estos efectos.
El diseño de zonas protegidas ante incendios eventuales es esencial en todo proyecto de arquitectura, especialmente en edificios públicos y de uso masivo. Por lo tanto, el uso adecuado de los sistemas vidriados puede ser determinante al momento de permitir la correcta evacuación de sus espacios interiores, marcando la diferencia entre la vida y la muerte de sus ocupantes.
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