domingo, 2 de febrero de 2020

Restaurante Piedra Sal por vgz arquitectura y diseño

Ubicado en una esquina complicada de Paseo de la Reforma, Piedra Sal representó un reto importante dado que el espacio tiene una forma irregular y está en un primer piso; el proyecto se enfocó en el acceso.
Uno de los principales retos fueron el tiempo y presupuesto, el proyecto y obra se entregó y logró en 11 meses, lo que permitió un ahorro en costos.
En cuanto al diseño la ubicación en esquina y la geometría del lugar fungieron como principales generadores del proyecto.
Otro problema al que se enfrentaron fue el acceso, únicamente se podía acceder por medio de un elevador o una escalera de servicio muy mal ubicada.
El local negaba la conexión con Reforma y la vista al parque adjunto, tratando de disimular la gasolinera de enfrente.
Se tomó la decisión de tirar la esquina del local por completo para generar una plaza de acceso y construir dos muros de concreto aparente como soporte para un bloque de escalera, compuesto por una celosía de madera, acero y vidrio en fachada, escalones de tablón de madera y solera de acero suspendidos entre la celosía de fachada, la celosía central (barandal) y el lambrín del fondo. De manera que todo funciona como un sistema estructural y acabado a la vez.
Se diseñó una caja de madera que invitara al usuario a subir para descubrir una gran terraza, la cual está cubierta con una pérgola de madera. El espacio se abre hacia los árboles de la calle, al cielo y con una vista privilegiada hacia Reforma.
Se mantuvo un tema monocromático con todos los materiales en tonos grises y madera. La barra central se diseñó como el elemento focal con un diseño en latón en tonos dorados, el cual cambia la percepción del espacio dependiendo el tipo de luz.
Todo fue diseñado y fabricado especialmente para Piedra Sal, desde el piso de concreto en tonos grises, hasta el plafón de bejuco en ojo de perdiz; se combinaron lámparas de barro negro que proporcionan elegancia buscando siempre generar un ambiente fresco y acogedor.
Reutilizaron el espacio de la azotea; generaron una terraza sencilla convirtiéndola en un pequeño mirador donde lo que luce son las vistas a la ciudad.
La obra se realizó en 8 meses y el proyecto arquitectónico en 3 manteniendo el costo del presupuesto. El espacio final se vive como una terraza al aire libre, se perciben los árboles de la fachada y el parque adjunto como parte activa del diseño. La plaza de acceso funciona como amortiguador entre el trafico de Reforma y la entrada al restaurante y la escalara “transparente” invita a subir al primer piso. 

Para más información visiten: vgz arquitectura














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