La vivienda de 75 m² presenta una planta de forma cuadrada con una zona de día de concepto abierto (sala de estar, comedor y cocina con despensa) y cuatro estancias privadas: el dormitorio, el espacio de oficina, el baño y un aseo.
Blanco y madera nórdicos.
El color blanco y la madera, transportados a paredes, techos y a algunos elementos de mobiliario, homenajean al buscado estilo nórdico que se complementa con las puertas de color antracita y la piedra de color negro moteada. Mientras, las cortinas translúcidas, que se extienden entre el pavimento y el techo, tamizan la luz natural y «amplían los espacios de vida mientras los ocultan de la calle», explica la interiorista.
Parte del mobiliario (la cama y las mesitas de noche, la mesa del comedor, formada por planos perpendiculares, y la barra de desayuno en la cocina) ha sido realizado a medida por artesanos y su acabado se encuentra en equilibrio con el pavimento.
Mobiliario de madera y de material reciclado.
La mesa del comedor se completa con un banco de almacenamiento, parcialmente tapizado, que sirve también como asiento y con sillas de formas curvas para contrarrestar las líneas rectas, realizadas con material reciclado. Los perfiles de las sillas evocan el taburete de la barra de desayuno, ubicado junto al contraste que crean la encimera de piedra y el acero inoxidable satinado de los sutiles armarios altos.
En la pared opuesta, un volumen de color blanco ofrece una doble función: armario en la entrada de la casa y espacio para guardar alimentos en el lado que queda dentro de la cocina.
Por último, el dormitorio sigue la misma estética serena y nórdica que el resto de la vivienda. En esta habitación, equipada austeramente, una cama, dos mesitas de noche y un armario ofrecen lo necesario para descansar cada noche.
Para más información visiten: Lola Cwikowski
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