Los repartidores de calefacción se utilizan habitualmente en el resto de países europeos, pero en España, estos elementos son unos verdaderos desconocidos. En nuestro país, las instalaciones centralizadas en las comunidades de propietarios suelen funcionar a través de un sistema de distribución por columnas. Esto significa que las tuberías de la calefacción están dispuestas de manera vertical para suministrar calor a los radiadores de cada planta.
A través de este método tradicional, los propietarios no pagan por lo que realmente consumen, sino de acuerdo a un coeficiente de participación. Dado que no existe ningún control sobre el consumo que realiza cada vivienda, esta opción constituye en cierto modo un derroche de energía.
¿Qué son los repartidores de costes de calefacción?
Una de las formas de medir el consumo en cada piso es instalar un equipo individual en cada radiador, lo que repercute en un ahorro económico y un uso de la calefacción más sostenible. Precisamente estos dispositivos de medición son lo que se conoce como repartidores de calefacción y tienen como objetivo dividir el gasto que realiza cada vecino en una instalación central.
Se trata de unos aparatos pequeños digitales que incluyen dos sensores para medir la temperatura de la superficie del radiador y la del espacio en el que se encuentra. De este modo, cuando la diferencia entre las dos mediciones sea igual o inferior a 4 grados, el dispositivo entiende que el radiador está apagado.
Del mismo modo, estos repartidores de costes de calefacción son capaces de distinguir entre la época de verano e invierno a través de los grados a los que se encuentre el radiador.
La lectura de estos equipos se realiza por la empresa correspondiente a distancia, sin que sea necesario acceder a la vivienda para obtener los datos. Además de la comodidad de estos instrumentos, según diferentes estudios permiten ahorrar entre un 20 y un 30% en el gasto de calefacción.
Normativa sobre los repartidores de calefacción
A nivel europeo, la norma que regula los repartidores de costes de calefacción es la directiva 2012/27/UE del Parlamento Europeo relativa a la eficiencia energética, que obliga a instalar sistemas de imputación de costes para medir el consumo individual en edificios de viviendas que cuentan con suministro de calefacción central comunitaria.
Esta normativa se tenía que haber instaurado en España en el año 2017, pero en la actualidad sigue estando en proceso de adaptación, sin conocerse ninguna fecha de formalización definitiva. Debido a este retraso, existe mucha confusión entre los consumidores a los que les afecta esta medida.
En el año 2018, el Gobierno elaboró un borrador del Proyecto de Real Decreto donde se fijaron los términos de esta nueva obligación, pero hoy en día sigue en el aire sin materializarse. En el mismo se estableció la obligación de instalar contadores individuales para medir el consumo de calor y frío en cada vivienda, siempre que fuera técnicamente viable y rentable desde el punto de vista económico.
En caso contrario, sería preciso instalar repartidores de costes de calefacción u otros sistemas alternativos cuando esta alternativa se considere factible.
Cuando la normativa llegue a ponerse en marcha se debe tener en cuenta que la instalación de estos dispositivos debe realizarse por instaladores habilitados. Del mismo modo, será necesario que los dispositivos se complementen con otros elementos de control que permitan a los usuarios controlar el sistema de calefacción en lo relativo, por ejemplo, a la temperatura y los horarios.
Vía: Hogar Mapfre
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