jueves, 13 de junio de 2019

Poesía arquitectónica por Architettura Matassoni

Los arquitectos Alessando y Leonardo Matassoni llevaron a cabo la reforma de este piso de los años 70, ubicado cerca de la localidad de Arezzo, en la popular región italiana de La Toscana. Los propietarios, una joven familia de cuatro miembros, necesitaba una zona de día con la entrada, la sala de estar, el comedor, la cocina y un pequeño espacio de almacenaje, y una de noche con tres dormitorios y tres baños.
Un refugio ancestral.
Con su diseño, los fundadores de Architettura Matassoni crearon un interior no exento de poesía arquitectónica como querían a pesar de las trabas económicas y físicas con las que se encontraron. Como explican “siguiendo los principios del biólogo social Edward Wilson sobre la evolución humana, la vivienda debería ser un entorno capaz de recordar a un espacio natural de confort psicológico, como una herencia más antigua que todas las superestructuras culturales construidas. De esta manera, nos centramos en aquellas necesidades humanas fundamentales relacionadas con el ‘refugio ancestral’. Esto significa una arquitectura y un espacio esenciales, desprovistos de sofisticación. Un micropaisaje ideal para un estilo de vida lo más natural posible”.
En su desarrollo, el proyecto tuvo que adaptarse a la naturaleza comunitaria de los tabiques perimetrales que impedía la modificación, debiendo trabajar sobre la caja existente. Además, a pesar de la delicada mampostería estructural existente (protegida por reglas estrictas para asegurar la construcción contra los terremotos), se creó un entorno orgánico y fluido para la sala de estar, conseguido haciendo una amplia abertura en la pared interior principal.
Espacio dinámico y abstracto.
Para aprovechar al máximo la superficie, utilizando la menor cantidad de dinero posible, se decidió usar paneles de yeso: un material barato pero muy adaptable a las complejas formas que se querían construir. De hecho, el propósito del proyecto era “crear un espacio muy fluido utilizando superficies envolventes”, comentan los arquitectos.
Además, el espacio debía ser dinámico y abstracto para evitar la sensación de encontrarse dentro de una casa simple dentro de una caja tradicional, hecha con superficies ortogonales. “Quisimos crear un interior surrealista. Para lograr este objetivo, dejamos subir el pavimento a las paredes y bajamos los techos, creando estrechos cortes en los que se insertan las tiras LED de iluminación. Utilizando estas formas esculpidas, queríamos crear la sensación de hallarse en un espacio natural, enfocándose en aquellas necesidades humanas fundamentales concernientes al ‘refugio ancestral'”, concluye el estudio.

Para más información visiten: Architettura Matassoni























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