jueves, 14 de marzo de 2019

Caballetes, soportes para cuadros

La paleta y el pincel son los instrumentos por excelencia del artista, pero hay otro elemento que es igualmente inseparable del oficio de la pintura, estamos hablando de los caballetes de pintura. Los caballetes de pintura han acompañado a los artistas desde hace siglos y hoy en día lo siguen haciendo. De todas formas, aparte de soporte para el lienzo, el caballete de pintura también se puede usar como un elemento decorativo más. Además, para sorpresa de muchos, caballete no es solo el soporte de los cuadros de pintura, sino que también designa a las patas triangulares que se utilizan para sostener los tablones de madera y fabricar una mesa.
La mejor manera para dejar que la inspiración llegue a uno y poder pintar, es en primer lugar es hacerse con el material necesario para la pintura, pues si no cuando nos llegue la inspiración probablemente no tengamos los medios para la pintura.

CABALLETE DE PINTURA
Cuando pensamos en un caballete de pintura a todos se nos viene a la cabeza ese objeto alto, trípode y de madera en el que los artistas sostienen el lienzo para pintarlo de pie. No obstante, la variedad de los caballetes de pintura es mucho más amplia y hay un caballete para cada artista.
• Caballete de trípode: es sin duda el modelo de caballete más extendido y el material más frecuente es la madera. Este tipo de caballete es también el preferido para DIY, puesto que es de los más sencillos pero a la vez más útiles.
• Caballete de estudio o de tipo H: este caballete es un paso más allá en la maestría de la pintura. Aun siendo de madera, este caballete es notablemente más pesado y recio que el trípode, ya que mientras el otro es casi siempre plegable, este suele ser permanente y se deja en el estudio, por eso también es llamado caballete de estudio. Este caballete permite la pintura de cuadros de mayor tamaño y más pesados.
• Caballetes de sobremesa: los caballetes de sobremesa son verdaderamente útiles para aquellos que no tienen mucho espacio donde ponerlo. Estos caballetes, de madera también en su mayoría, son fáciles de transportar y son perfectos si tenemos algún problema de espalda o molestias al estar largo rato de pie.
• Caballete de campo o de campaña: el caballete de campo tiene la ventaja de que es muy fácil de transportar y bastante ligero de peso. La diferencia con respecto al caballete de sobremesa, es que este suele ser de pie, y es ideal para cuando queremos pintar un bonito paisaje exterior.
• Caballete caja: este caballete es también portátil y ligero y además, lo bueno es que al plegarlo se puede guardar en una caja en la que podemos llevar también el resto del material como pinceles y pinturas y estar siempre listos.

CABALLETE COMO ELEMENTO DECORATIVO

No hay que ser el mismo Picasso o Van Gogh para tener un caballete en casa. Lo podemos usar también para aprender el noble oficio de la pintura e incluso simplemente como efecto decorativo. Un truco que da un resultado muy práctico es si vivimos en un pequeño estudio y queremos darle un toque bohemio como una misma buhardilla parisina, podemos poner un caballete en un rincón, y un lienzo a medio terminar, así nuestro estudio parecerá una zona totalmente creativa. Además quien sabe, igual algún día nos atrevemos a coger el pincel y descubrimos nuestra nueva pasión…

Vía: Westwing

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