jueves, 8 de noviembre de 2018

Piedras para jardín

Las piedras para jardín son una gran herramienta de paisajismo para crear espacios exteriores mas atractivos. Gracias a ellas podemos moldear y renovar la estética del jardín de forma sencilla y además, ayudar a proteger la tierra de los cambios bruscos de temperatura. Porque mas allá de la función práctica, utilizar piedras de jardín tiene muchas ventajas prácticas.
Gravas volcánicas, cantos rodados, bolos de río, rocallas… cada piedra tiene sus propias características. Podemos utilizar únicamente una de ellas o apostar por conjuntos de piedras de diferentes tamaños y colores para dotar a los espacios exteriores de una mayor personalidad. 

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Ventajas de utilizar piedras para jardín
Las piedras decorativas para jardín nos permiten crear espacios muy personales en nuestro jardín. Utilizarlas en los espacios exteriores ajardinados, sin embargo, tiene otras muchas mas ventajas relacionadas con el mantenimiento y el ahorro de agua de los mismos.
Grandes posibilidades decorativas. Cada tipo de piedra posee características propias en cuento a forma, tamaño y color, lo que nos permite darle un toque muy personal a nuestro jardín utilizando uno o varios tipos de piedras combinados para crear diferentes motivos y contrastes.
Fácil instalación. Puede instalarlas usted mismo. Solo tendrá que quitar las malas hierbas, compactar el terreno y colocar una malla antihierba antes de volcar el árido escogido.
Ahorran agua. Evitan la evaporación de agua del suelo y con ello optimizan el riego. Una característica que las hace especialmente interesantes para decorar terrenos secos.
Protegen las raíces. Protegen las raíces de los daños que pueden producirles las heladas y el exceso de calor.

Dificultan la proliferación de malas hierbas. Hierbas que compiten con las plantas ornamentales por el agua, los nutrientes del suelo y la luz.
Bajo mantenimiento. Las rocas son resistentes a los cambios de tiempo y pueden estar a la intemperie durante años sin sufrir, prácticamente, alteraciones.
Tipos de piedras para jardín
Las piedras decorativas de pequeño y mediano tamaño pueden ayudarnos a mejorar la estética de nuestro jardín gracias a su diversidad de tamaños, colores y texturas. Las de mayor tamaño son grandes aliadas a la hora de crear terrazas planas en jardines con grandes desniveles. Las de pequeño y mediano tamaño, por su parte, incrementan el interés de zonas con pocas plantas y se convierten en parte esencial de jardines secos, de tipo japonés.

Según el material
En el mercado encontrará tanto arcilla expandida como piedras decorativas de diferentes materiales naturales. para su jardín. Los diferentes materiales influirán en las características estéticas de las mismas y en su color. Los mas habituales son:

Arcilla expandida: Son bolitas de arcilla natural de color terracota, ligeras, porosas y de tamaño regular, expandidas por acción térmica.

Grava volcánica: Puzolana volcánica 100% natural, de color rojizo. Es sumamente porosa y ligera y se presenta en diferentes granulometrías: 4-7, 7-12 y 14-25 mm.

Marmolina: Pequeños fragmentos de mármol natural con cantos vivos. Puede ser blanca, rosada, rojiza, marfil, verde oscuro y negra. Y como la anterior se presenta en diversas granulometrías: 9-12, 12-18 y 18-25 mm.

Bolo de mármol: Piedras de mármol natural con cantos redondeados disponibles en diversos tamaños: 12-20 y 20-40 mm, y colores: blanco, rosado, rojo, verde oscuro y negro.

Piedra lunar: Grava artificial de color negro, sumamente porosa.
Según el tamaño, la forma y el acabado
Grava, cantos rodados, bolos, rocallas… normalmente cuando compramos piedras para jardín lo hacemos utilizando esta clasificación basada tanto en el tamaño como en el acabado anguloso o redondeado de las mismas. ¿Quiere saber las características de cada una de estas piedras decorativas y para que puede utilizarlas?
La grava es un triturado de piedra natural de pequeño tamaño con grandes posibilidades decorativas gracias a la variedad de colores que puede presentar. Es perfecta para presupuestos ajustados; está sin pulir y presenta aristas, características que hacen que su coste sea considerablemente inferior al del canto rodado.
Suele utilizarse para cubrir senderos, tapizar el suelo de grandes zonas ajardinadas o como relleno de jardineras. La grava de origen volcánico son muy apreciadas por su color para crear jardines con plantas crasas y suculentas. Pero tanto las de uno como otra color son perfectas por su tamaño para cubrir cualquier superficie sin que aparezcan huecos vistos en la misma.

Cantos rodados

Los cantos rodados poseen un acabado pulido y redondeado muy atractivo. Este acabado no abrasivo, permite caminar cómodamente sobre los mismos, lo que les convierte en una buena opción para tapizar senderos y caminos de jardín. Solo ocurre con la grava, además, su tamaño permite la cubrición total del terreno con cierta facilidad.

El canto rodado puede tener varios tamaños y presentarse en una gran variedad de colores, lo que puede ayudarle a crear elegantes espacios exteriores. Son especialmente apreciados los cantos rodados blancos para crear espacios de bajo mantenimiento en combinación con plantas aromáticas, bojs, palmeras de pequeño tamaño u olivos.

Bolos de río

Los bolos de río son piedras redondeadas de mayor tamaño que los cantos rodados que se utilizan como elemento decorativo y ornamental en jardines, fuentes y cascadas, entre otros. Por su tamaño se utilizan con frecuencia además para delimitar diferentes zonas y separar diferentes tipos de gravas.

Rocallas

Las rocallas son piedras de caliza que presentan hendiduras o agujeros por la erosión. Por su aspecto y su carácter natural nos permiten imitar espacios de montaña. Son las más apreciadas cuando se trata de dar forma a terrenos irregulares y con gran desnivel. Nos ayudan a crear pequeñas terrazas planas en los mismos en las que colocar diferentes grupos de flores.
De la misma forma, son ideales para generar volúmenes o desniveles ficticios en terrenos planos. Lo más recomendable para ello será colocar en la parte trasera de las rocallas vegetación que crezca en altura, y en la parte delantera, plantas de pequeño tamaño que den colorido al conjunto.
Estos conjuntos de piedras son perfectos para ser acompañadas de cualquier tipo de planta, ya sean de carácter vertical o de carácter rastrero. Lucen especialmente con plantas de origen silvestre y resultan perfectos para las suculentas, plantas que por sus características, son capaces de crecer sobre roca.
Vía: decoora

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