Vivir en un pueblo es un lujo. El aire del monte, el silencio de las calles, los buenos ingredientes y el olor a hierbas son algunos de los encantos de cambiar -aunque sea de vez en cuando- la ciudad por el campo. Adaptar una casa de pueblo a las necesidades de una familia contemporánea requiere un cuidado especial, que pasa por respetar la tradición y conservar el alma de la casa. Y eso es precisamente lo que consiguen en el estudio de arquitectura TAAB6 al reformar esta maravillosa casa en Sant Feliu de Pallerols para una joven familia. Una nueva vida lejos del tumulto de la ciudad.
Aspecto rústico renovado
Se trata de una construcción de mediados del siglo XVIII a la que posteriormente se añadió una nueva planta a finales del siglo XX. La casa se compone de una planta baja con acceso desde la calle y otras tres plantas en altura. Debido a la nueva ordenanza urbana, lo primero en la lista de intervenciones del proyecto fue cubrir la tradicional fachada de piedra con una capa de mortero, ofreciendo un color uniforme hacia la calle. La intervención respeta los huecos existentes de fachada, desvelando la piedra original como marco y conservando las carpinterías de madera tras un cuidado proceso de restauración. Se practican además nuevos huecos para aumentar la cantidad de luz natural del interior, instalando en estos casos unas ligeras carpinterías metálicas, y evitando así que lo nuevo entre en conflicto con lo tradicional.
El valor de la tradición
El interior respeta en la manera de lo posible las preexistencias en elementos constructivos, con el ánimo de preservar la esencia de la construcción y traer al presente la tradición constructiva local. Así, la casa presenta un aspecto rústico y natural, dejando apreciar los sutiles toques de la intervención en puntos concretos. El proyecto sustituye algún elemento estructural y restaura acabados allí donde es necesario. La mayor transformación de la casa se realiza a través de la distribución, liberando las plantas para alojar una parte del programa en cada una de ellas. De esta forma, la planta baja queda reservada para la zona de invitados, la primera planta aloja la zona común de la casa, la planta segunda contiene los dormitorios, y la última se destina a una sala multifunción.
Estilo y materialidad
En la cocina se aprecia con claridad la coexistencia de los rasgos rústicos y contemporáneos que caracterizan a la intervención. Con un set de mobiliario blanco de acabado mate que incluye en un solo gesto muebles bajos y armarios de suelo a techo, la cocina queda resuelta sin especial complicación. El valor de la estancia radica en el cuidado con el que se tratan los nuevos y antiguos materiales, prestando especial atención al detalle, resolviendo magistralmente encuentros e iluminación. La encimera se desdobla para ascender por la pared posterior dando forma a una superficie protectora frente al muro de piedra desnudo. Tras este plano se esconde la instalación de iluminación que enciende el muro de manera tangencial y resalta la materialidad de la piedra, convirtiéndola en el centro de atención de la estancia.
Madera como herramienta
Ya en la planta primera, el espacio se abre para dar forma a una estancia diáfana y holgada donde reunir a la familia. Se instala un pavimento de madera clara, que junto con el blanco de las paredes y techo, suaviza el peso cromático de la estancia, marcado por las carpinterías originales. Una gran viga metálica transversal sujeta el peso del forjado, permitiendo la total apertura de la estancia. La intervención sustituye las antiguas vigas deterioradas por nuevas y robustas vigas de madera que recrean el aspecto original de la estancia de una forma más limpia y sólida.
Espacios con atmósfera
Los dormitorios son estancias sencillas y humildes. El espíritu rústico inunda la estancia, vestida de blanco y madera. Los huecos de las ventanas permiten apreciar el grosor del muro de piedra, conservando el alféizar tradicional cerámico. El mismo pavimento de madera de la estancia principal se aplica también aquí, sumando calidez y suavidad a la estancia. El resto de la intervención se reduce a la instalación del nuevo sistema de calefacción a través de radiadores y un sencillo conjunto de mobiliario.
Comodidad y claridad
Los baños se plantean con un ambiente claro y nítido, empleando una generosa iluminación artificial. El blanco de la envolvente neutraliza la presencia del alicatado de baldosa hidráulica del interior de la ducha. Los detalles en madera, tanto estructurales como de mobiliario añaden la nota de color al conjunto. Se trata de una estancia limpia y desahogada en la que se aplica el principio de confort y funcionalidad.
Para más información visiten: TAAB6
Vía: habitissimo
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