Nuestro lugar de destino es el hotel Eden Locke. Se encuentra en el corazón de Edimburgo en un edificio del siglo XVIII, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Consta de 72 habitaciones con cafetería y bar en la planta baja.
Por su fachada resulta fácil pensar que el interior será de estilo clásico, pero lo cierto es que el estudio de arquitectura Grzywinski + Pons (Nueva York) ha sabido dar una vuelta de 180º al interior y transportar a los huéspedes al paraíso.
La estética del hotel está basada en materiales naturales como el mimbre, mucha vegetación, una paleta cromática basada en colores pastel y ciertos toques de estilo que aportan la pincelada de glamour al hotel.
Materiales
Vegetación
Si quitásemos las plantas del hotel, sin duda la decoración no sería la misma. Éstas aportan vida al interior, dan color y contribuyen a definir los distintos espacios.
Podemos verlas en grandes maceteros de terracota separando las distintas zonas de la cafetería, y sobre estanterías de la zona de bar en su versión más pequeña.
Gama cromática
Los colores pastel son los protagonistas del diseño de interiores. Verde menta para la cafetería y el rosa palo combinado con gris claro para las habitaciones. Y como contrapunto en ambas zonas, un tono amarillo para dar el toque de contraste.
En las habitaciones, que cuentan con techos altos, llama la atención las paredes pintadas a media altura: rosa en la parte inferior y gris en la superior.
Toques de estilo
Pequeñas pinceladas de brillo aportan al interiorismo la distinción que siempre acompaña a este tipo de hoteles. Podemos ver mesas auxiliares, lámparas colgantes, estanterías, pasamanos, picaportes, interruptores y pequeños objetos decorativos en un acabado dorado de lo más sofisticado.
Materiales
En su gran mayoría, el hotel cuenta con materiales naturales. Madera para el suelo y ciertas zonas del techo, piedra para las paredes, mimbre para las sillas y mármol para la barra. Todo ello contrastado con el latón en ciertas zonas.
Vegetación
Si quitásemos las plantas del hotel, sin duda la decoración no sería la misma. Éstas aportan vida al interior, dan color y contribuyen a definir los distintos espacios.
Podemos verlas en grandes maceteros de terracota separando las distintas zonas de la cafetería, y sobre estanterías de la zona de bar en su versión más pequeña.
Gama cromática
Los colores pastel son los protagonistas del diseño de interiores. Verde menta para la cafetería y el rosa palo combinado con gris claro para las habitaciones. Y como contrapunto en ambas zonas, un tono amarillo para dar el toque de contraste.
En la cafetería cabe destacar el uso del color tanto en paredes como en ventanas y estanterías.
En las habitaciones, que cuentan con techos altos, llama la atención las paredes pintadas a media altura: rosa en la parte inferior y gris en la superior.
Toques de estilo
Pequeñas pinceladas de brillo aportan al interiorismo la distinción que siempre acompaña a este tipo de hoteles. Podemos ver mesas auxiliares, lámparas colgantes, estanterías, pasamanos, picaportes, interruptores y pequeños objetos decorativos en un acabado dorado de lo más sofisticado.
Para más información visiten: Nicholas Worley, Grzywinski+Pons, Hotel Eden Locke
Vía: Decofilia
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