En pleno centro de la ciudad, entre semáforos, comida rápida, y prisas, descansa discretamente esta vivienda-santuario. Un volumen sorprendente de atmósfera relajada y acabados amables, atrevido, pero humilde, innovador, pero sensible. Un antiguo taller de un pintor que presume de luz y holgura, proyecto del estudio de arquitectura AMPS.
Notas cálidas de bienvenida
Entramos en la vivienda desde un pequeño recibidor que parece contener unos instantes la sorpresa. La luz clara del patio, el blanco de las paredes y el pino tea del suelo nos dan una cálida bienvenida, al tiempo que las pinturas, y fotografías roban nuestra atención y auguran una casa con alma, vibrante.
La luz y el vacío
Avanzando al espacio principal, descubrimos un magnífico volumen a doble altura, que disfruta de las virtudes de una última planta de edificio histórico. Envidiables ventanas que ofrecen luz natural y magníficas vigas de madera maciza de la cubierta, que cubren con el peso de la historia un espacio dinámico y contemporáneo. El arte y el diseño salpican la estancia, y la doble altura de la pared de la medianera queda cubierta de suelo a techo por una estantería suspendida. La escalera de pie de madera maciza es el sueño de cualquier librero.
Espacio y tectónica
La vivienda queda comprendida casi en su totalidad en esta generosa estancia, que engloba diferentes escenarios en un único espacio. Una cercha metálica blanca recorre toda la longitud de la vivienda para proporcionar un nuevo forjado de la segunda planta a modo de altillo. Un gesto dramático y rotundo, que se convierte en el protagonista del proyecto, dando lugar a nuevos espacios, y enriqueciendo el diálogo entre la intervención y la estructura existente. Un contraste constructivo entre tradición e innovacion, donde ambos extremos se complementan, dando lugar a un espacio original y atractivo.
Soluciones constructivas y escenas cotidianas
El nuevo forjado se resuelve con una estructura ligera de tubos metálicos que soportan un panel con interior de aislante térmico y acústico, y tablero OSB hacia la cara inferior. El color encendido del tablero y el blanco de las viguetas responde a un ritmo cromático reflejado también en el resto de la vivienda. El umbral del altillo acoge un nuevo escenario para cenas y reuniones, con mobiliario de diseño y piezas únicas.
Manzanas y craspedias
La cocina, continuación del espacio principal, es una estancia cómoda y funcional, donde el pigmento es el protagonista. La atrevida combinación de materiales juega con el mármol blanco, el cuarzo negro de la encimera y el linóleo que cubre los muebles, todo bajo la clara luz del patio. Guiños campestres y acabados naturales y resistentes, preparados para soportar largas sesiones entre cazos y sartenes.
La utilidad de cada pieza
La escalera de doble tramo se proyecta como una pieza que aloja un armario de almacenamiento, demostrando cómo arquitectura y mobiliario van de la mano en este proyecto que ofrece soluciones a medida para cada escenario. El filtro de listones de madera desdibuja el ascenso, y la superficie blanca entre los tramos esconde momentáneamente las vistas hacia el espacio principal, sorprendiendo al visitante desde cada perspectiva.
El espacio del altillo
Los dormitorios alojados en el altillo, se encierran en un perímetro realizado con tablero contrachapado de abedul, recortando puertas, armarios y ventanas, sin marcos visibles. La sensación es la de estar encerrado en una delicada caja de madera, en un espacio templado y tranquilo, de acabados agradables y luz natural. La franja de distribución del altillo queda diluida en el volumen general de la estancia, y el pavimento continuo dentro y fuera de los dormitorios difumina los límites y neutraliza el espacio. La iluminación, instalada sobre el carril de los amplios tabiques correrderas de los dormitorios, se orienta hacia las vigas destacando su proximidad y encendiendo el volúmen de madera.
De camino al descanso...
El baño del dormitorio principal se proyecta como un espacio de transición de luz natural y materiales vistos. El pavimento continuo de cemento se extiende hacia el interior de la ducha, desdibujando cualquier límite físico. La mampara de cristal refleja la luz natural que llega desde un lucernario de la cubierta inclinada y cae sobre la bañera de obra. El mobiliario de madera de cebrano ofrece las notas tostadas en un diseño elegante y fresco.
El sueño y la cabaña
El dormitorio nada tiene que envidiar de una tranquila y apartada casa de campo. La cubeirta inclinada nos deja distinguir las antiguas vigas de madera pintadas de blanco, que parecen encerrar el espacio y proteger el sueño. Un mueble de armarios dibuja el perímetro de la estancia, conviertiéndose además en cabecero de cama. El espacio se convierte en un soporte neutro capaz de absorber las pinceladas de color de los tejidos mostaza y púrpura que acompañan al mobiliario. La ventana enmarca las vistas y nos descubre la cara más rural de la ciudad.
Para más información visiten: AMPS Arquitectura y Diseño
Vía: habitissimo
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